jueves, 21 de mayo de 2009

EL PROCESO DE SOCIALIZACIÓN EN LA RED

La vigésimo segunda edición del Diccionario de la Real Academia Española, define la voz “socialización” como la acción y el efecto de socializar, y la palabra “socializar” con dos acepciones de raigambre fuertemente burocrática:
1) Transferir al Estado, o a otro órgano colectivo, las propiedades, industrias, etc., de particulares; y 2) Promover las condiciones sociales que, independientemente de las relaciones con el Estado, favorezcan en los seres humanos el desarrollo integral de su persona.

En general, para los sociólogos, se trata de un proceso a través del cual se infunde la cultura a los miembros de una sociedad, tansmitiéndose de generación en generación y permitiendo, a la vez, el desarrollo de las habilidades y potencialidades particulares de cada uno de los individuos que la conforman.

De modo que, de la definición del diccionario de la Real Academia, los sociólogos asumen dos conceptos esenciales: el de la transferencia de un bien o propiedad a un colectivo, y el de desarrollo de la persona.

Históricamente, esos mismos sociólogos le han atribuido a la familia el papel más importante en el comienzo de este doble proceso de transferencia y desarrollo. Berger y Luckmann[1], por ejemplo, le otorgan el rol principal en lo que llaman la socialización primaria, proceso caracterizado por una fuerte carga afectiva. En ese devenir, el sujeto llega a ser lo que los otros significantes (los adultos en este caso) lo consideran. La socialización primaria finaliza cuando la noción del otro generalizado (una abstracción de Mead[2], que implica la interiorización de los valores y la moral que rigen la vida social del grupo) se ha establecido en la conciencia del sujeto. Cuando el niño descubre que el mundo de sus padres no es el único, comienza lo que estos autores denominan socialización secundaria (es decir, la internalización de los roles que ese niño jugará en el grupo), normalmente a cargo de la escuela y otras instituciones. El instrumento más importante en todo este acaecer es el lenguaje. El lenguaje, pues, es el que marca las coordenadas de la vida en sociedad y llena esa vida de objetos significativos.
En todos los casos, se trata de una socialización “cara a cara”, en donde el cuerpo, el gesto, la vacilación, la cercanía de la subjetividad del otro, el espacio y el tiempo, son factores que intervienen de modo radical. No obstante, la técnica parece haber añadido un nuevo tipo de socialización, situado extramuros de las relaciones “cara a cara”, con el espacio y el tiempo trastocados; para algunos, se trata de una nueva etapa, hija del post modernismo. Esta socialización, digamos “terciaria”, sería aquélla en donde intervienen los medios masivos de comunicación, en especial la red.
Explica el Lic. Francisco Ignacio Revuelta Domínguez[3]:

“La socialización terciaria surge en estos grupos de pertenencia sin el “cara a cara” mencionado anteriormente, es decir, nos socializamos en familia y después con los grupos externos; no obstante, si nos vamos a la “periferia” del “cara a cara”, nos socializamos también en los grupos virtuales. Entendemos por grupos virtuales a aquellos grupos conectados o interconectados que pueden fomentar la socialización como proceso de adquisición de conocimientos, normas y valores, y que constituyen la identidad cultural de una colectividad, a saber: la sociedad red.”[4]

Escribí recién “espacio y tiempo trastocados” y esto exige una explicación: La red parecería fomentar las ilusiones de ubicuidad y satisfacción inmediata, propias del deseo neurótico. Gracias a las nuevas tecnologías se potencia la fantasía “de control y autonomía del individuo –que acompaña siempre a la ultraindividualización y al simulacro–, puesto que, gracias a ellas, parece que podamos estar en cualquier lado y que nuestra acción no tenga barreras, llevando tal fantasía a su máxima expresión...”, aun cuando “…nuestro modelo hegemónico de satisfacción no son sino pequeñas e intensas chispas de placer inmediato”[5]

Recordemos ahora la idea generatriz de Facebook según Mark Zuckerberg, su propio creador: “mapear todas las conexiones sociales que existen en el mundo y ofrecer aplicaciones para que la gente ejecute esas conexiones online a través de Facebook”.

Obligatoriedad, impaciencia, insistencia. La máxima expresión del deseo neurótico. Dejar la socialización terciaria en sus manos, parecería ser, en todo caso, una exagerada declaración de principios.


Néstor Granda.


[1] Berger, Peter L.; Luckmann, Thomas: (1986). La construcción social de la realidad. H.F. Martínez de Murguía.
[2] Mead, George (1863-1931), sociólogo y psicólogo social estadounidense.
[3]Revuelta Domínguez, Francisco I.: Breve ensayo sobre la socialización en la red, en: http://web.usal.es/~fird/docs/breve_ensayo.pdf
[4] “Sociedad-red” es un concepto acuñado por Castells (La era de la información 1. La sociedad-red, Alianza, 1996).
[5] Gil Rodriguez, Eva Patricia: Ultraindividualismo y Simulacro en el Nuevo Orden Mundial: Reflexiones sobre la sujeción y la subjetividad, en: http://psicologiasocial.uab.es/athenea/index.php/atheneaDigital/article/view/50/50

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