sábado, 30 de mayo de 2009

Reflexiones para el cierre

Según Carlos Neri:
(...)" A su modo, Sigmund Freud, con el concepto de asociación libre produce un giro copernicano que permite dar cuenta de una singularidad en la enunciación. En su propio texto el sujeto,(...)" atisba un subtexto que él mismo desconoce o se le presenta como un saber no sabido.
Quisiera relacionar lo escrito con otro fragmento del texto de Neri donde se refiere a la opinión de Roland Barthes, para él "Leer es un trabajo de lenguaje. Leer es encontrar sentidos y encontrar sentidos es designarlos, pero estos sentidos designados son llevados hacia otros nombres; los nombres se llaman, se reúnen y su agrupación exige ser designada de nuevo designio, nombro, renombro, así pasa el texto..."Freud se refiere a la enunciación y Barthes a la lectura : lenguaje hablado y lenguaje escrito. Todo esto , sucede en una sociedad donde existen espacios para la reflexión diferentes a las pausas que se producen en el chat o en los diálogos de la red Facebook.
Repasando las respuestas a nuestra Encuesta, encuentro un tema que se repite:
Estas relaciones reales mediadas por tecnología, parecen apuntar, en mi opinión, a relaciones marcadas por imágenes, flashes, por la distancia que se filtra a través del cambio de coordenadas de tiempo y espacio, el desconocimiento mutuo en muchos casos, y la falta de verdadero interés.
Parece que no apuntan a aquellas amistades que pasan pocas veces en la vida y sí a las que suceden a cada rato, como las relaciones que se mantienen con personas que nos cruzamos en el ascensor. La denominación :Amigo, traducción de Friendly al español ,hace referencia a lo que en nuestro idioma llamamos "conocidos". A diferencia del vínculo en el que.dos o más personas se sienten comprendidas en su singularidad por el amigo.
Me pregunto: ¿Cúanto diálogo, cuánta escucha, cúanto lugar para que cada uno se manifieste en su singularidad hay en Facebook? Aquí la página de cada miembro se parece a las páginas de todos los demás: cambian las fotos, los nombres, pero las variaciones de cada quien en su pagina son estrechísimas. Facebook convierte a sus usuarios en engranajes de un sistema que atenta contra la profundidad, la calidez y la originalidad ".El libro de las caras", funciona más como un álbum de figuritas,cuyo objetivo principal parece ser coleccionar, sumar caras o nombres de la lista, juntar "amigos" sin importar mucho quiénes sean, llenando las páginas del ciberespacio que nos ha sido dado hasta tener más amigos de los que podemos recordar y sobre todo amar.
Toda la crítica anterior tiene relación con el mal uso que hacemos- y nos vemos obligados a hacer -de las palabras.Si en vez de "amigo" Facebook empleara alguna otra palabra, las relaciones que propicia serían má claras. Qué es lo que quieren realmente aquellos que piden ser nuestros amigos. Quieren nuestra atención, que sepamos que existen;que los miremos que sepamos que "están siendo",( tomando la expresión de Carlos Neri.) La manera correcta de formular lo que propone la red social de internet sería "Quiero un pedazo de tu tiempo". Supongo que casi todos queremos ser conocidos, famosos,que nos quieran, tener al resto del mundo mirándonos embelesados.Esta es otra explicación para querer coleccionar amigos de Facebook: no se trataría solo de juntar caras, sino de hacernos la ilusión de que somos amados por muchos otros, amor extraño, que lo único que pide es unos segundos de atención: el tiempo que lleve hacer clic en Aceptar. ¿Será eso lo único que,en muchos casos, estamos dispuestos a dar al prójimo en los tiempos que corren ? Una especie de quid pro cuo, individualista: yo te miro y a cambio vos también.Mientras olvidamos convenientemente que no somos más que números, idénticos unos a otros,perdidos en la comunidad digital.
Bibliografía:
Neri, Carlos : Textos, Tramas y Dígitos
Barthes,Roland S/Z México: Editorial SigloXXI, 1982.
( Ideas extraídas de la nota de la nación escrita por Mori Ponsowy. (5-30-09.)

lunes, 25 de mayo de 2009

Gente adulta se incorpora a Facebook

Gente adulta se incorpora a Facebook

Hamilton, Nueva Jersey.- Las personas mayores practican cada vez más la interacción social por internet y van en camino de ser el sector demográfico de mayor crecimiento en esos sitios cibernéticos. 

Facebook calcula que tiene millones de usuarios mayores de 65 años y MySpace dice que cuenta con 6.7 millones de inscritos de esa edad. Las personas mayores son uno de los grupos de mayor crecimiento en esa práctica.

``No es que yo esté revisando Facebook a cada rato, pero comprendo que es una manera de entender el carácter de una persona'', dice Howard Hilt, de 88 años y residente de Pueblo, Colorado. 

``Además, me da algo que hacer cuando no me puedo dormir'', añadió. 

Lynne Bundesen, de 71 años y de Santa Fe, Nuevo México, dice que se incorporó a Facebook ``para estar enterada'' de lo que hacen sus nietos. Uno de ellos, Russell Simon, de 27 años, dice que no le importa que su abuela sepa los detalles de su vida.

Facebook ``la mantiene joven, en varios sentidos, porque ella coloca allí fotos de cuando ella era joven y se ve que ella era bella'', dijo Simon. ``Cuando veo esas fotos de ella joven, en la cubierta de un barco con su cabello al aire, la veo de otra manera''.

Pero, con una sonrisa, admite: ``Sé que en realidad ella está allí para espiarnos y no para que nosotros aprendamos sobre ella''.

La realidad es que la abrumadora mayoría de los usuarios de esos sitios cibernéticos son gente joven. La edad promedio de los usuarios de MySpace es 26 años y la de Facebook es 27. En LinkedIn, que es más para propósitos profesionales, es 40, según un estudio de la Pew Internet & American Life Project. 

Y no todo el mundo está tan entusiasmado con la llegada de las personas mayores a ese rincón de la internet. Algunos jóvenes han reaccionado mudándose a otros sitios cibernéticos más juveniles, como Twitter. 

La entrada de gente de edad avanzada ``podría significar el fin para Facebook'', dijo Charlie Pabst, amigo de Russell Simon.

http://www.exonline.com.mx/diario/noticia/dinero/hacker/gente_adulta_se_incorpora_a_facebook/535660

Web 3.0 , la próxima generación de Internet

Web 3.0 , la próxima generación de Internet

Encandilados aún por el fenómeno de la Web Social Web 2.0 , muchos imaginan un 2007 sentando las bases de lo que será la Web Semántica

(EFE).- Cuando en Silicon Valley todavía se degustan las mieles del fenómeno conocido como Web 2.0 oWeb Social , muchos se preparan para el despegue, en 2007, de la siguiente generación de Internet, laWeb 3.0 .

Este valle californiano, cuna de muchas de las principales empresas de Internet y tecnología de EEUU, siempre tiene la vista puesta en el futuro e incluso ahora, en medio del fragor del "miniboom" que experimenta, ya se prepara para lo que viene después: la próxima generación de Internet.

Y es que, como señala el sitio con sede en San Francisco News.com ., uno de los referentes más prestigiosos de la actualidad tecnológica, la web nunca descansa.

"El año comenzó cuando todavía se trataba de definir en qué consistía el fenómeno Web 2.0 , y concluye con la pregunta de en qué consistirá la Web 3.0 ", señalaba News.com recientemente.

A estas alturas, ya no hay dudas de que el 2006 ha sido el año de la Web 2.0 Web Social , tal y como atestigua el triunfo de sitios de comunicaciones sociales del tipo de LinkedIn , MySpace , YouTube oFacebook , y donde la tecnología "social" como los blogs o los wikis se ha extendido como la pólvora.

Web Semántica . Pero la idea de que la siguiente generación de Internet está a la vuelta de la esquina va tomando más y más fuerza, sobre todo después de que el The New York Times le dedicase un amplio espacio en su portada hace unas semanas.

El objetivo de la Web Semántica , el término favorito del creador de la Word Wide Web, Tim Berners-Lee, es añadir significado a la web, de manera que, en lugar de un mero catálogo, se convierta en una guía "inteligente", con sitios capaces de intercambiar información sobre sus contenidos.

Berners Lee lo describe como una red de aplicaciones e información conectadas entre sí, algo así como una base de datos global.

Este sistema podría actuar como consejero personal en áreas tan diversas como el turismo -ofreciendo paquetes a la medida, en lugar de un torrente de páginas de agencias de viajes y destinos- o la planificación financiera, con recomendaciones concretas dependiendo de la edad o el estado civil del usuario.

Siguiendo el ejemplo que propone The New York Times esta nueva generación de Internet será capaz de dar respuesta, como si de un agente de viajes se tratara, a una búsqueda tan compleja como "estoy buscando un lugar cálido, tengo un presupuesto de 3.000 dólares y un niño de 11 años".

Un sistema como este, claro, se convertiría instantáneamente en más valioso, comercialmente, que los medios de búsqueda de hoy, que arrojan resultados de miles de documentos y normalmente son incapaces de dar respuesta a preguntas tan concretas.

Según escribe en su blog Nicholas Carr , la Web 3.0 "convertirá en obsoletos a los buscadores de hoy".

Dicho de otra manera, y siguiendo con el ejemplo de las vacaciones, mientras que las recomendaciones de viaje de hoy fuerzan al internauta a navegar entre largas listas de comentarios u observaciones, el sistema de la Web 3.0 se encargaría de establecer valoraciones, clasificarlas y, por deducción, ofrecer el hotel adecuado para el usuario en particular.

Tiempo futuro . ¿Cuándo llegará esta web sabelotodo? Esta es la pregunta del millón.

El blog OnlineSpin señala que para su llegada faltan, entre otras cosas, un software de reconocimiento de imágenes para vídeo, junto con reconocimiento de voz aplicado al vídeo.

George Jones, de Information Week, cree que sólo es posible predecir una cosa: a juzgar por el desarrollo impresionante de internet en los últimos 15 años es imposible predecir qué forma tomará la web de aquí a otros 15 años.

En cuanto a los protagonistas de esta nueva revolución, OnlineSpin lo tiene claro.

Será David frente a Goliath: las pequeñas compañías serán los "Googles" de la Web 3.0 , ya que el gigante de internet cada vez se parece más a las grandes multinacionales a las que desprecia.


http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=870796

domingo, 24 de mayo de 2009

Conectarse a Internet permite tapar angustias

Les dejo una nota que salio hoy en el diario Popular:

La conexión vía Internet con otras personas se utiliza muchas veces "para tapar un vacío y huir de la angustia", consideró la psicoanalista Diana Sahovaler de Litvinoff, quien aseguro que ese tipo de vinculo no puede reemplazar la comunicación.
Sahovaler de Litvinoff autora de "El sujeto escondido en la realidad virtual", Editorial Letra Viva, aseguró que no es lo mismo estar "conectados" que lograr "una comunicación".
La experta sostuvo que con sentarse frente a una computadora y encender la pantalla uno puede sentir que esta acompañado, que participa y es reconocido por los otros, pero explicó que esas sensaciones de "familiaridad" que dan "los iconos conocidos" de la web son solo productos de la conexión con el espacio virtual.
La especialista señaló que "cuando entramos en el espacio virtual nos conectamos con los otros, entramos en contacto y de alguna manera aliviamos el vacío , la angustia existencial existente en todos los humanos".

"HUIR DE LA ANGUSTIA"
Por eso consideró que "desde el punto de vista psicoanalitico, hay que tratar de entender qué ocurre, qué se pone en juego con esta nueva manera de vincularnos, porque en la actualidad es común que se utilice este medio para tapar el vacío de huir de la angustia".
La experta aseguró que "la computadora ofrece muchas posibilidades pero no puede reemplazar las comunicaciones entre los sujetos".
"Cuando un sujeto se comunica lo que logra es ser reconocido como persona en su individualidad y eso obliga a un cara a cara, ausente en la comunicación a distancia", aseveró.
Sahovaler precisó que la "alerta surge si la persona depende exclusivamente de este medio para interactuar o si nos exponemos sin medir las consecuencias".

"VINCULOS A LA DISTANCIA"
En este sentido, destacó que "el cyberespacio invita a compartir fotos, textos pero muchas veces no sabemos con quién estamos" y señaló que "como todo, es según el uso que le demos".`
En su libro, Sahovaler da como ejemplo de estos vínculos a la distancia, a dos personajes de la mitología griega- Psique y Eros- y en el que como condición para la felicidad se obliga a que Psique nunca llegue a conocer a Eros.
"Hay que saber que uno puede conectarse, investigar. jugar y desplegar la fantasía a introducirse en el delito o la perversidad. Lo que sí es seguro que uno no se comunica con el otro como sujeto", aseveró.
La psicoanalista dijo que "cuando uno se conecta entra en contacto, es decir, sólo es un toque, no hay intercambio de afecto y aunque conectarse sirve para muchas cosas, no alcanza para lograr la comunicación".
De esta forma señaló que "al comunicarse, el sujeto es reconocido como persona en su individualidad".
"De ninguna manera conectarse está mal, sólo que hay que tener claro que no es equivalente a la comunicación y tampoco la reemplaza".

Fuente: "Diario Popular", domingo 24 de Mayo de 2009, página 10

jueves, 21 de mayo de 2009

EL PROCESO DE SOCIALIZACIÓN EN LA RED

La vigésimo segunda edición del Diccionario de la Real Academia Española, define la voz “socialización” como la acción y el efecto de socializar, y la palabra “socializar” con dos acepciones de raigambre fuertemente burocrática:
1) Transferir al Estado, o a otro órgano colectivo, las propiedades, industrias, etc., de particulares; y 2) Promover las condiciones sociales que, independientemente de las relaciones con el Estado, favorezcan en los seres humanos el desarrollo integral de su persona.

En general, para los sociólogos, se trata de un proceso a través del cual se infunde la cultura a los miembros de una sociedad, tansmitiéndose de generación en generación y permitiendo, a la vez, el desarrollo de las habilidades y potencialidades particulares de cada uno de los individuos que la conforman.

De modo que, de la definición del diccionario de la Real Academia, los sociólogos asumen dos conceptos esenciales: el de la transferencia de un bien o propiedad a un colectivo, y el de desarrollo de la persona.

Históricamente, esos mismos sociólogos le han atribuido a la familia el papel más importante en el comienzo de este doble proceso de transferencia y desarrollo. Berger y Luckmann[1], por ejemplo, le otorgan el rol principal en lo que llaman la socialización primaria, proceso caracterizado por una fuerte carga afectiva. En ese devenir, el sujeto llega a ser lo que los otros significantes (los adultos en este caso) lo consideran. La socialización primaria finaliza cuando la noción del otro generalizado (una abstracción de Mead[2], que implica la interiorización de los valores y la moral que rigen la vida social del grupo) se ha establecido en la conciencia del sujeto. Cuando el niño descubre que el mundo de sus padres no es el único, comienza lo que estos autores denominan socialización secundaria (es decir, la internalización de los roles que ese niño jugará en el grupo), normalmente a cargo de la escuela y otras instituciones. El instrumento más importante en todo este acaecer es el lenguaje. El lenguaje, pues, es el que marca las coordenadas de la vida en sociedad y llena esa vida de objetos significativos.
En todos los casos, se trata de una socialización “cara a cara”, en donde el cuerpo, el gesto, la vacilación, la cercanía de la subjetividad del otro, el espacio y el tiempo, son factores que intervienen de modo radical. No obstante, la técnica parece haber añadido un nuevo tipo de socialización, situado extramuros de las relaciones “cara a cara”, con el espacio y el tiempo trastocados; para algunos, se trata de una nueva etapa, hija del post modernismo. Esta socialización, digamos “terciaria”, sería aquélla en donde intervienen los medios masivos de comunicación, en especial la red.
Explica el Lic. Francisco Ignacio Revuelta Domínguez[3]:

“La socialización terciaria surge en estos grupos de pertenencia sin el “cara a cara” mencionado anteriormente, es decir, nos socializamos en familia y después con los grupos externos; no obstante, si nos vamos a la “periferia” del “cara a cara”, nos socializamos también en los grupos virtuales. Entendemos por grupos virtuales a aquellos grupos conectados o interconectados que pueden fomentar la socialización como proceso de adquisición de conocimientos, normas y valores, y que constituyen la identidad cultural de una colectividad, a saber: la sociedad red.”[4]

Escribí recién “espacio y tiempo trastocados” y esto exige una explicación: La red parecería fomentar las ilusiones de ubicuidad y satisfacción inmediata, propias del deseo neurótico. Gracias a las nuevas tecnologías se potencia la fantasía “de control y autonomía del individuo –que acompaña siempre a la ultraindividualización y al simulacro–, puesto que, gracias a ellas, parece que podamos estar en cualquier lado y que nuestra acción no tenga barreras, llevando tal fantasía a su máxima expresión...”, aun cuando “…nuestro modelo hegemónico de satisfacción no son sino pequeñas e intensas chispas de placer inmediato”[5]

Recordemos ahora la idea generatriz de Facebook según Mark Zuckerberg, su propio creador: “mapear todas las conexiones sociales que existen en el mundo y ofrecer aplicaciones para que la gente ejecute esas conexiones online a través de Facebook”.

Obligatoriedad, impaciencia, insistencia. La máxima expresión del deseo neurótico. Dejar la socialización terciaria en sus manos, parecería ser, en todo caso, una exagerada declaración de principios.


Néstor Granda.


[1] Berger, Peter L.; Luckmann, Thomas: (1986). La construcción social de la realidad. H.F. Martínez de Murguía.
[2] Mead, George (1863-1931), sociólogo y psicólogo social estadounidense.
[3]Revuelta Domínguez, Francisco I.: Breve ensayo sobre la socialización en la red, en: http://web.usal.es/~fird/docs/breve_ensayo.pdf
[4] “Sociedad-red” es un concepto acuñado por Castells (La era de la información 1. La sociedad-red, Alianza, 1996).
[5] Gil Rodriguez, Eva Patricia: Ultraindividualismo y Simulacro en el Nuevo Orden Mundial: Reflexiones sobre la sujeción y la subjetividad, en: http://psicologiasocial.uab.es/athenea/index.php/atheneaDigital/article/view/50/50

martes, 19 de mayo de 2009

Multitudes Inteligentes -Howard Rheingold

Antecedentes inmediatos en el tiempo de las redes sociales

Multitudes Inteligentes: Howard Rheingold

Robin Good es el autor de un blog dedicado al análisis de los nuevos medios. En él publicó una excelente entrevista a Howard Rheingold, quien en los últimos años se ha dedicado a estudiar especialmente las redes sociales que se organizan en torno a tecnologías que amplifican la cooperación entre los usuarios, como los mensajes de texto (SMS).

¿Dónde se cruzan -o convergen- estas nuevas formas de organización social con los nuevos medios y las aplicaciones que agrupamos bajo el nombre genérico de Web 2.0? Recordemos que la Web 2.0 está vinculada al hecho de que en ella los usuarios pueden tanto leer como escribir -es decir, incorporar contenidos–, y que además permite configurar tanto redes de comunicación entre un pequeño grupo de personas como otras de mayor amplitud.

El punto de intersección, según Rheingold, se encuentra en las capacidades peer-to-peer (o par-a-par) que estamos viendo emerger, como parte de un proceso que cambia los modos de producción, distribución y consumo de contenidos. Al analizar los consumos mediáticos de los nativos digitales este modelo de comunicación de muchos-a-muchos está ciertamente más naturalizado.

En el lugar de la audiencia masiva aparecen en cambio comunidades o redes sociales con afinidades temáticas, y cuyos miembros comparten información: Myspace y Youtube son casos representativos.(Facebook más actual y de mayor crecimiento en tiempo récord) Un aspecto central de este nuevo escenario, que posibilita que los usuarios se conviertan en productores, es el desarrollo de herramientas que permiten agregar, editar, comentar y recomendar fragmentos de información.

Rheingold distingue tres niveles o capas que son de fundamental importancia para el análisis de estos fenómenos:

-La tecnología que facilita la comunicación

-El medio de comunicación, que resulta de los usos y apropiaciones de las nuevas tecnologías por parte de los usuarios, y la definición de alfabetización que subyace, lo que supone cuestionar la idea dominante de alfabetización letrada para dar lugar a otras alfabetizaciones. Supone también problematizar la idea de alfabetización como adquisición de una serie de habilidades técnicas básicas para recuperar las diversas prácticas sociales asociadas a ella, ya que estar alfabetizado significa compartir los códigos de una determinada comunidad.

(...)" Las formas de conducta colectiva que propicia o modifica la tecnología de las multitudes inteligentes van mucho más allá del protocolo sobre dónde y cómo se pueden efectuar llamadas de móvil. Los cambios radicales son los que se producen en la sociedad en su conjunto."(...)

(...)"Para que quienes se interesan por la civilización tecnológica (...) puedan afrontar los retos que plantean las tecnologías de las multitudes inteligentes,debemos saber cuáles son esos asuntos ,qué implicaciones tienen y de que modo se puede reflexionar sobre ellos con fines útiles".(...)

(...)" Soy consciente, también de que los usos beneficiosos de las tecnologías no surgen de forma inmediata solo porque abriguemos esa esperanza. Quienes aspiren a ejercer influencia sobre el desarrollo futuro deben conocer los riesgos y oportunidades que se abren, deben saberlos tratar convenientemente. A pesar de que tal conocimiento no garantiza que se utilicen las nuevas herramientas para crear un mundo humano sostenible,sin ese conocimiento estaremos incapacitados para influir en el mundo de nuestros nietos".

Bibliografía: MULTITUDES INTELIGENTES (LA PROXIMA REVOLUCION SOCIAL)
Autor: RHEINGOLD, HOWARD
Editorial: Gedisa Editorial
Año de edición: 2005
Isbn: 84-9784-062-3

domingo, 17 de mayo de 2009

FACEBOOK DESDE LA MIRADA DE GERGEN Y SU YO SATURADO

Desde hace mucho tiempo se han producido muchas transformaciones en un periodo bastante breve. Emergieron fuertes ideas y tendencias, las que comenzaron a dirigir el rumbo de la civilización, desde la fe en la razón, la explosiva industrialización, el auge de la ciencia, la sociedad de consumo y la explosión de las tecnologías de la información, por nombrar algunas. Han derivado de una Modernidad a una Postmodernidad. Las tecnologías de la comunicación -en un proceso de avance permanente en nuestros días- nos obligan actualmente a relacionarnos con un número mucho mayor de individuos y de instituciones que en cualquier época pasada, y a través de una multiplicidad de formas que nos exige crearnos una concepción diferente de nosotros mismos. Gergen, sostiene que las nuevas tecnologías nos permiten mantener relaciones directas e indirectas con una enorme cantidad de personas y ello produce una saturación social. Como consecuencia, también aparece una colonización del yo y una multifrenia en las relaciones sociales.
En la actualidad coexisten infinitas realidades paralelas y entrecruzadas, se está modificando la forma en que concebimos la existencia, y a nosotros mismos.El autor describe tres etapas históricas, que se corresponden con un formato del Yo:
El yo romántico: Este, se refiere a los valores que predominan en los siglos XVIII y XIX, caracterizada por una exacerbación de la vivencia interior, del amor, de la pasión, la religión, la moral y el misticismo. Aquí se habían de localizar las facultades esenciales de la pasión, la inspiración, la creatividad, el genio y, como algunos creían, la locura.
Dentro de los grandes desafíos que se plantean en el ámbito sociológico, está el planteamiento freudiano (siglo XIX-XX) que explica cómo el comportamiento que nos parece extraño e irracional (dentro del contexto romántico, podríamos hablar de lo misterioso, o de lo no-tangible que nos mueve) es explicable, a través de la ciencia. La misma ciencia que vendría a ser el supuesto y base del iluminismo y de lo que sería la modernidad. El llamado Padre del Psicoanálisis postula que toda acción es comprensible si se logra entender que gran parte de la mente del individuo opera a un nivel inconsciente. Fue Sigmund Freud quien, a través de la metapsicología y el psicoanálisis, comenzó a introducirnos en un mundo que se regiría a partir de la modernidad y el raciocinio.
El yo moderno: El Yo Moderno, da un giro desde el corazón hacia la razón, el ser humano posee, ahora, una fe ante la racionalidad, el progreso y la ciencia, como el horizonte al que se debe orientar y la clave de la sobrevivencia, que asemeja el hombre a las máquinas.
El yo postmoderno: En la actualidad, llegamos, a un momento histórico en el que las dos visiones han confluido, algunos se atreven a decir que se anulan, otros que se transforman y mantienen. Al parecer, es el eclecticismo quien reina, por lo tanto ambas visiones del yo entran a jugar dentro de una producción a partir de la utilidad y pertinencia, que cada sujeto juzgue que tengan.De este origen dicotómico, emerge este postmoderno, “yo saturado”, un personaje que se ve envuelto en situaciones insospechadas para los idealistas románticos y para los confiados modernos. De este origen dicotómico, emerge este postmoderno, “yo saturado”, un personaje que se ve envuelto en situaciones insospechadas para los idealistas románticos y para los confiados modernos.
La saturación del Yo, se refiere al efecto psicosocial que tiene el progreso tecnológico en la vida actual. El yo se ve inmerso en una multiplicidad de relaciones, que otorgan infinitas posibilidades de comunicación, en situaciones que trascienden el espacio/tiempo. Entonces podría pensar que Facebook es parte de este engranaje que propone hoy en día la tecnología, este espacio donde el yo se encuentra saturado de información, de contenidos, de contactos, de relaciones o no relaciones, etc. Por obra de las tecnologías de este siglo, aumentan continuamente la cantidad y variedad de las relaciones que entablamos, la frecuencia potencial de nuestros contactos humanos, la intensidad expresada en dichas relaciones y su duración. Y cuando este aumento se torna extremo, llegamos a un estado de saturación social, en palabras de Gergen. La multiplicación de las relaciones personales produce una saturación social, un “yo saturado”. Desde el ferrocarril, servicios postales, automóviles, radio, cine y libros (tecnología de bajo nivel) hasta rumbos aéreos, computadores, Internet y la digitalización de todos los medios de comunicación importantes (alto nivel), van transformando el tejido social, de manera, que se multiplican las relaciones, la persona se ve sujeta a nuevas formas de vida, donde emergen nuevas claves de relación y se intensifican, emocionalmente, los intercambios. El tiempo es acelerado y el espacio está superpoblado.
La colonización del Yo, refiere al fenómeno en que el yo, está impregnado de voces interiores y de dilemas por las diversas soluciones que se presentan a los problemas. El yo está en la constante incerteza de si tomó la decisión correcta. Todo va tan rápido, que la persona debe estar atenta, si no alerta, de que en cada momento va a ser atacada por esta ola de voces que le signan que hacer y que no. A medida que la saturación social va instigando la colonización del ser propio, cada impulso tendiente a conformar la identidad es sometido a un cuestionamiento creciente: el público interior lo encuentra absurdo, superficial, limitado o deficiente.Estas influencias ambientales, tienen un correlato fenomenológico en cada persona. Gergen refiere al término multifrenia, como una escisión del Yo ante la multiplicidad ilimitada que vivencia. Es un término que designa la escisión del individuo en una multiplicidad de investiduras de su yo. Este estado es resultado de la colonización del yo y de los afanes de éste por sacar partido de las posibilidades que le ofrecen las tecnologías de la relación.
Una de las características de la vida social actual es la multiplicación de las posibilidades de ser, ya que nuestra sociedad de la información pone a nuestra disposición el conocimiento de formas de vida muy diferentes a las que podríamos conocer de modo directo en nuestra interacción cotidiana. A diario nos sentamos frente a una computadora y no sólo la utilizamos para trabajar sino también para establecer y mantener nuestras relaciones sociales. Muchas de las experiencias que ameritan ser vividas personalmente, se han convertido en experiencias mediadas por la tecnología. Hoy la tecnología está a favor y en contra nuestro al mismo tiempo. Los celulares colaboran con la “socialización virtual”, a través de dispositivos cada vez más sofisticados podemos estar comunicados sin siquiera cruzar una palabra. Entonces las redes están basadas en la pertenencia a una comunidad preexistente. Son las redes sociales más duraderas, pues están basadas en la creación de vínculos emocionales entre sus miembros. La red y el teléfono móvil podría decir que han transformado la comunicación: en lugar de basarse en la interacción de casa a casa, se constituyen en intercambios entre personas por la tecnología. Esto crea una nueva base para la comunicación en las comunidades. Los individuos, más que fundamentarse en una única comunidad para recibir soporte social, buscan activamente gente y recursos variados y apropiados para diferentes situaciones.

sábado, 16 de mayo de 2009

Links asociados a la red social facebook

http://www.youtube.com/watch?v=Who-ApURnls
http://www.youtube.com/watch?v=anoL0j66DgA

FACEBOOK UNA RED SOCIAL


Para comenzar me resulta pertinente definir el termino de red social según la Wikipedia: “Una red social es una estructura social que se puede representar en forma de uno o varios grafos en el cual los nodos representan individuos (a veces denominados actores) y los aristas relaciones entre ellos. Las relaciones pueden ser de distinto tipo, como intercambios financieros, amistad, relaciones sexuales, o rutas aéreas. También es el medio de interacción de distintas personas como por ejemplo juegos en línea, chats, foros, spaces, etc. El aumento de las visitas de los internautas a las redes sociales ha reducido a la mitad las visitas a los sitios con contenido pornográfico, según los datos recogidos”. Con esto podría decir que la red Facebook es una nueva forma de comunicación, donde la gente puede darse a conocer gracias a las imágenes o mensajes que cuelgan o escriben, manteniendo así relaciones de todo tipo, vínculos. Este concepto hace referencia a “…unión o atadura de una persona o cosa con otra “(R.A.E.). En estas plataformas sociales, por formar parte de un mismo sistema, todos los contactos están vinculados entre sí en sentido amplio a pocos grados de distancia. A través de la Web se puede crear un ideal de uno mismo, donde manifestar quién quieres ser y tratar de crecer en función de eso. Siempre se esta reproduciendo una imagen de nosotros mismos, tratando de poner en el escaparate lo mejor que tenemos. Las redes sociales se han convertido en una herramienta más del desarrollo personal. Estos sitios webs permiten a los usuarios abrir libremente cuentas y comunicarse con otros internautas. Los miembros de las redes sociales pueden seleccionar a sus amigos, colgar fotos, videos e información sobre ellos mismos. La identidad, las relaciones románticas y sexuales, todo queda reflejado en la red social.
En Facebook, la posibilidad de ver y ser visto prolongan la telaraña de vínculos,
amplían la oportunidad presente y futura de conocer gente, unirse a grupos, luchar por
causas en común. Volver al pasado, reencontrarse con antiguos lazos y re-generar
nuevos vínculos es algo posible y atractivo. Todo vale, con tal de estar en “contacto”
con gente, compartiendo hasta lo más íntimo, lo privado, que en este ámbito deja de
serlo para ser totalmente público. Lo que está en juego entonces es la mirada: el mirar al otro, el ser mirado, y el mirarse a uno mismo. Ya Freud, en su texto “Pulsiones y destinos de pulsión” (1915), resalta que la mirada implica un acto, un movimiento, con principio y fin. La tensión implicada en el acto de la mirada procura, según el modelo freudiano, una satisfacción. Pero es Jacques Lacan quien elaboró la noción de lo que llamó la “pulsión escópica”: el deseo de mirar y de ser mirado. Para este autor, la
conexión fundamental con el otro como sujeto tiene que remitirse a la permanente
posibilidad de “ser visto” por el otro. Sólo a partir de un semejante que lo sostenga,
es que el sujeto puede percibirse a sí mismo. Más allá de las decisiones personales y los límites que se impongan, lo que queda claro es que las redes sociales como Facebook, apelan a este juego de miradas y deseos entre las personas. He aquí su atractivo y una de las posibles explicaciones de su éxito.

miércoles, 13 de mayo de 2009

SER O NO SER

“...¡Todo esto es realmente apariencia, pues son cosas que el hombre puede fingir; pero lo que dentro de mí siento sobrepuja a todas las exterioridades, que no vienen a hacer sino atavíos y galas del dolor!...”


“¡Ser o no ser! Ése es el problema. ¿Qué es mejor para el espíritu?
¿Sufrir los dardos y embates de la insultante fortuna o, ante un piélago de calamidades, empuñar las armas y, haciéndoles frente, acabar con ellas? Morir…dormir, no más. Y pensar que con un sueño damos fin a los mil y un infortunios que constituyen la herencia de la carne.”

W.Shakespeare, Hamlet.





Compuesta entre 1599 y 1601, Hamlet, es la obra más representada de William Shakespeare. Más de cuatrocientos años han pasado, pero la duda esencial del protagonista, el ser o no ser, parece tener hoy plena vigencia.
Mucha agua ha corrido bajo el puente, la trama es otra, los pormenores son otros, los contextos son otros, pero esa vacilación medular aún perdura.
Pero ¿Qué es ser?
Para Platón, el ser (el ser así, sustantivado) se identifica con la sustancia; para Aristóteles, en cambio, el ser, que se dice de muchos modos[1], tanto puede identificarse con la sustancia como en Platón, como con los accidentes, por lo cual es difícil responder unívocamente a la pregunta. Para Heidegger[2], el ser, el ser que puede hacerse la pregunta por el ser, es el Dasein (literalmente, Ser-ahí), el ser arrojado a la existencia, el ser eyectado hacia el mundo: nosotros mismos. Decía el Dr. Carpio en la vieja facultad de Filosofía y Letras de los años 80, que todas las cosas son, pero que sólo el ser humano (Dasein) existe, porque es el único que puede preguntarse por el ser, porque es el único arrojado a la existencia.
Ser y existir, preguntarse por el ser para existir.
El libro de Heidegger es de 1927. Otras aguas han corrido bajo el puente. Pero ¿Qué significa ser hoy? O mejor, ¿qué significa ser en la red hoy?
Un artículo de Clarín declara que crece y preocupa la moda del tecno-exhibicionismo. Leo allí: “Una chica se saca una foto o se filma en actitud seductora, semidesnuda o desnuda y lo envía por mensaje multimedia al celular de un chico. Él lo reenvía a sus amigos con o sin su consentimiento y ellos lo difunden por las redes sociales, por sitios web o por chat”.[3]
“Algo está cambiando en la definición de intimidad. En los chicos crece la necesidad de exhibirse para poder existir”, escribe Diana Baccaro en la misma edición del diario.
Ser es ser percibido, afirmaba Berkeley[4]. La lógica de la red parece seguir esa dirección. Y no hay que olvidar que, si de un lado están los que se exhiben, del otro lado están los que miran. La pulsión escópica y la construcción de un yo a la medida del deseo. El imperio de lo imaginario.
En una de las escenas de la obra de Shakespeare, Hamlet asiste a la representación escénica de su propio drama. Hamlet es, a la vez, protagonista y espectador. Se exhibe y contempla su propia exhibición.
Exhibirse para existir. Exhibirse para ser. No otra cosa parece ocurrir muchas veces en Facebook. Fotos; perfiles ciertos o falaces; pormenorizada descripción de rutinas, de gustos, de fantasías, de anhelos y de miserias. No interesa qué. Mostrarse es lo que importa. Mostrarse y contemplar lo que se muestra.
El idioma español es uno de los pocos que discrimina entre los verbos ser y estar. En la red, sin embargo, esa distinción parece estar condenada a la extinción.


Néstor Granda.

[1] Aristóteles: Metafísica, Libro VI, Madrid, Gredos, 1997.
[2] Heidegger, Martín: Ser y tiempo, Madrid, Trotta, 2003.
[3] Clarín, 10 de mayo de 2009.
[4] Berkeley, George: Tratado sobre los principios del conocimiento humano, Madrid, Gredos, 2003.

lunes, 11 de mayo de 2009

Las redes sociales y la verdadera amistad

Un recuadro humorístico publicado en "Geek in love" muestra una cruda realidad respecto a las relaciones virtuales y aquellas más tangibles.


"Muchas veces nos perdemos cosas maravillosas de la vida real por este mundo online. Tenemos que tener ambas cosas, creo, para poder ser felices", dicen desde geekinlove.com

Fuente:http://www.igooh.com/notas/las-redes-sociales-y-la-verdadera-amistad/

Sobre la comunicación en tiempos cibernéticos

El chat y el Messenger: instrumentos de entrenamiento en comunicación para tiempos de incertidumbre y baja atención*
Por: Roberto Balaguer Prestes**
INTRODUCCIÓN / RESUMEN
Apenas unos años atrás la manera de contactarse de los adolescentes -privados de la posibilidad de encuentro material- era el teléfono. Participar de los chats y del Messenger (MSN) cumple hoy la función de darle al adolescente la posibilidad de mantener ese contacto permanente con sus pares. Con la pantalla encendida en forma constante, ese contacto -que parece por momentos tomar sesgos adictivos- resulta en general necesario para la construcción de la identidad adolescente como tal. A través del chat el joven se instala en un lugar de pertenencia, un espacio de referencia que brinda nuevas formas de acceso a una identidad común adolescente.
Apenas unos años atrás la manera de contactarse de los adolescentes -privados de la posibilidad de encuentro material- era el teléfono. Participar de los chats y del Messenger (MSN) cumple hoy la función de darle al adolescente la posibilidad de mantener ese contacto permanente con sus pares. Con la pantalla encendida en forma constante, ese contacto -que parece por momentos tomar sesgos adictivos- resulta en general necesario para la construcción de la identidad adolescente como tal. A través del chat el joven se instala en un lugar de pertenencia, un espacio de referencia que brinda nuevas formas de acceso a una identidad común adolescente.
Participar o no de estos encuentros virtuales puede ser la clave de estar dentro o fuera de cierta realidad juvenil impregnada y delimitada por lo tecnológico.
Si bien hay que diferenciar Chat de MSN, a los efectos de ahondar en esta temática tomaremos al chat como sinónimo de conversación en línea entre varios usuarios utilizando un teclado y conexión a la Red. La diferencia sustancial entre uno y otro entorno (chat y MSN) es el nivel de privacidad y veracidad de la información que se maneja en el intercambio entre los usuarios.
La tecnología del chat que data de 1988, con orígen en Finlandia, permite -a diferencia del teléfono y otras tecnologías de comunicación anteriores- la comunicación de "muchos a muchos". Este aspecto grupal lo diferencia claramente del teléfono -tecnología habilitadora de un vínculo exclusivamente "de a dos". Tanto las habitaciones virtuales destinadas a chatear (charlar en inglés) como el MSN permiten una comunicación sincrónica entre varios usuarios, no siendo relevante la ubicación geográfica.
En el caso del MSN sin embargo, los contactos que se establecen son los habilitados por el propio usuario. Las conversaciones que se generan son por conocimiento de quién está del otro lado, no por temática, ni por casualidades de la navegación, como sucede en el chat.
Características de las conversaciones
Los jóvenes chateando interactúan como si hablaran entre ellos y no como si se estuvieran escribiendo mensajes. Esto es válido tanto para el chat como para la mensajería instantánea. La sintaxis, el estilo, son bien cercanos a la oralidad dentro de ese espacio psicosocial, que es un espacio básicamente de encuentro.
En las salas de chat los jóvenes se juntan para charlar desde sus casas o las de amigos, sus oficinas o desde los cybercafés, lugares de encuentro juveniles.
A pesar de estar hablando de chatear, de charlar en definitiva, a través de estos nuevos entornos la palabra -en este caso escrita- está retomando un valor que parecía haber perdido desde el surgimiento de la televisión.
La palabra vuelve a estar escrita, aunque esta vez de una forma más parecida a la oralidad perdida con la difusión del libro en la modernidad.
El estilo del chat se encuentra mucho más cercano al empleado en el intercambio oral, con un gran parecido con las conversaciones telefónicas o las físicas cara a cara.
La modalidad de escritura en el ciberespacio es una modalidad más bien irreverente, desprejuiciada, poco formal, libre de ataduras y estilos, en definitiva podríamos decir más posmoderna. No es de extrañarse que hoy el chat sea señalado por parte de los docentes como otro de los culpables de los malos hábitos de escritura de los jóvenes. La televisión y sus tiempos abreviados, su lenguaje reducido, pasa a compartir con los chats la culpa de la desvalorización del lenguaje escrito.
El tono utilizado generalmente en la comunicación tecleada suele ser informal. Sus contenidos tienden a estar atravesados por lo casual, lo lúdico, a pesar de que es utilizado también en ambientes laborales para contactar personas separadas en lo físico.
Aunque se recurra al alfabeto para la comunicación, todas estas características lo separan claramente del tradicional género escrito. Esta escritura está cada vez más atravesada por modos de comunicar propios de la Red: abreviaciones, simbologías, emoticones, etc. Todo esta simbología poco a poco está conformando un nuevo lenguaje que deja a una generación de padres "iletrada" en el uso de estas tecnologías.
Merece un detenimiento especial la temática de la ausencia de determinados elementos en este nuevo modo de comunicación. La no presencia (cuando no hay cámara) de información extralinguística: la mirada, los gestos espontáneos, el timbre y la entonación de la voz, etc. son elementos trascendentales a la hora tanto del malentendido como de la desinhibición.
Esa información perdida por el medio, esa riqueza que nos brinda la presencia, esa amplitud de tonos, matices, timbres, entonaciones es la que aún no puede estar presente en los canales de chat y que vuelve la experiencia de la interpretación una experiencia difícil y proclive al error.
El poco cuidado en la escritura de las frases y la ausencia de corrección, junto al vértigo del tempo del scroll -con las líneas sucediéndose las unas a las otras, con saltos temáticos en lugar de mantener el orden consecutivo y lineal característico del texto- tienden a conducir por senderos de equívoco.
De ahí que señaláramos al chat como "paradigmático de las comunicaciones posmodernas: informales, breves, poco comprometidas con la interioridad de los sujetos en cuestión" (Balaguer, 2003). En este sentido el chat carece de esa reflexividad y temporalidad que hacían del e-mail un medio privilegiado para el encuentro sereno, pautado por el pensamiento. Mientras el e-mail permite buscar la respuesta más adecuada a las circunstancias que se presentan, el chat requiere de velocidad y respuesta instintiva, impulsiva.
La sensación de inmediatez del intercambio a la vez que genera esa sensación de "más vivo y más dinámico" (Lameiro y Sánchez, 1998) es al mismo tiempo, la responsable de esa velocidad y desinhibición cogestoras de lo pueril. En el chat, el tiempo cuenta, el espacio para la reflexión se ausenta, lo que no redunda necesariamente en ausencia de contenidos, sino más bien en ausencia de mecanismos inhibitorios. La necesidad de responder rápido y "mantener un tempo" obliga a una respuesta veloz que va en sentido inverso al detenimiento y la reflexividad, elementos éstos característicos del tradicional género escrito. El chat responde a los parámetros de instantaneidad y de velocidad.
El tempo de las comunicaciones es rápido. La idea debe ser clara, concisa, sintética. Como también ocurre en muchos videojuegos, en el chat no hay tiempo para el despliegue reflexivo. Este tipo de charla requiere de conexión y capacidad de mantener la atención ajena, ya que el caso contrario puede significar el fin del intercambio.
La gramática, la sintaxis, la ortografia pueden esperar. Lo central es transmitir y ser eficaz en la comunicación. Se debe intentar ser comprendido ya sea con palabras, con íconos, emoticones o lo que esté a mano. El chat opera como un instrumento de entrenamiento en la comunicación eficaz en tiempos de atención lábil. Utilizando la menor cantidad de elementos, palabras, signos, se debe intentar transmitir la idea central. Hay que evitar la caída de la atención y transformarse en objeto de zapping.
Muchas veces los jóvenes deben recurrir al teléfono para verificar que aquello que entendieron a través del chat, concuerda con las intenciones de su interlocutor. Los medios se complementan a efectos de obtener mayor inteligibilidad. Las palabras que antes eran "llevadas por el viento" hoy son pasibles de ser guardadas en el disco duro, ser impresas y utilizadas de todas las formas posibles en la cotidianeidad. Lo que en principio puede ser sólo una broma, puede eventualmente transformarse en una pesadilla para alguien dispuesto a hacer mal uso de ese registro.
El chat es provocativo de la "lluvia de ideas", tiende a liberar los comentarios, permitiendo por tanto que puedan surgir en su uso tanto chispas creativas como comentarios banales y fácilmente olvidables. Esa liberación desinhibida que brinda el chateo, muchas veces provoca sinsabores al salir de la conexión, donde la realidad impone límites y sacrificios a los impulsos.
El anonimato del chat
El anonimato es un aspecto de la comunicación electrónica que se observa en el chat, no así en el MSN. Si hay algo que caracteriza al chat es la desinhibición y si existe algo que la alienta es el anonimato, que si bien no es un elemento siempre presente en Internet, es quizás uno de los puntos más atractivos del chat para muchos de sus usuarios. A pesar de que uno podría pensar a los jóvenes como principales usuarios de esta característica de búsqueda, pareciera ser que son los adultos jóvenes quienes más hacen uso de esta veta comunicativa. Los más jóvenes en general prefieren estar en contacto con los amigos, sus conocidos cercanos a través del MSN. Cuando entran al chat suelen hacerlo grupalmente y en una forma muy lúdica (Albero, 2002).
En el caso del chat el desconocimiento de quién está detrás de un nick permite el despliegue de aspectos de la personalidad que en la vida diaria, ordinaria, no son puestos en juego. Los usuarios crean un personaje, con su respectivo nombre, lo actúan, e interactúan a través de él con otros usuarios ya sean éstos conocidos o no.
Los nicknames permiten a los sujetos "esconderse tras ellos" y en ese corte con la cotidianeidad del nombre y la identidad, establecen a través de la red, un juego con la identidad, viviendo una nueva vida a través de un "personaje". A través de esa suerte de disfraz, de escondite, se posibilita un paréntesis en lo de todos los días y sobre todo con las expectativas, con lo que se espera de uno, las exigencias sociales.
A diferencia de lo que ocurre en la vida cotidiana con la consecuente identificación de la persona por su cara, cuerpo, andar, voz, gestos, materialidad, etc. en el ámbito del ciberespacio se encuentra el polo antagónico del anonimato.
La lejanía, el ser un "desconocido" alimenta estas fantasías y habilita a la acción que no se podría llevar a cabo en el contexto de la cotidianeidad, donde se es fácilmente identificable.
El anonimato brinda refugio y descanso de las reglas sociales que operan como tensión para el individuo que debe aceptarlas para no quedar excluído de lo social. Es un paréntesis en la vida ordinaria, un corte con el funcionamiento del día a día.
El anonimato por su parte, libera al individuo a la vez que lo deja a merced de sí mismo. Sólo debe rendir cuentas a su propia persona, ya no al grupo ni a la comunidad. Todos sus impulsos, sus pulsiones, quedan liberadas de la tiranía del mundo externo. El interjuego de su mundo interno determinará el destino de sus actos. Las restricciones culturales, morales, sólo pasarán a operar desde su mundo interno. El Superyo, una de las dos fuentes de tensión que Freud (1923) describiera con sus preceptos morales, sus restricciones, su tiranía, no encuentra correlato en la realidad externa, quedando entre paréntesis en la situación de anonimato.
Ese personaje creado y actuado genera en los otros ciertas expectativas y co-construcciones y el ser descubierto por el otro, aunque sea a nivel textual, lleva a que debamos hacernos cargo de nuestros actos, de la culpa eventual o la vergüenza concomitantes.
En este contexto no es la mirada real la que descubre, la que está en juego, sino la mirada fantaseada, anticipatoria de las posibles. ¿Qué pasaría en caso de ser descubierto en esta farsa? Si eso sucediera ¿cómo haría para poder mirar a mi interlocutor a los ojos?. La vergüenza es real, no virtual. Los afectos no conocen de bites.
Esto nos lleva a pensar en la importancia clave de la mirada del otro y la culpa o vergüenza (dependiendo de cada cultura) con la que debe enfrentarse el sujeto cuando se maneja en interacciones tanto virtuales como reales. Siguiendo a Goffman, Freud o Foucalt y los controles sociales -en el caso de este último autor cuando alude al archifamoso Panóptico de Bentham- es claro que es la mirada del otro la que posee un peso enorme para las acciones del confinado a prisión. El ciberespacio justamente permite eludir esos controles sociales, la mirada censurante y su consecuente culpa o verguenza.
¿Para qué sirven los personajes del chat?
En esta parte nos referiremos exclusivamente al chat ya que es en ese entorno donde hay desconocimiento de quién está detrás del nick.
Las salas de chat brindan la posibilidad de actuar un personaje creado para la ocasión. Ese personaje puede ser un aspecto real de la personalidad difícil de ser desplegado en la cotidianeidad, una arista que el sujeto quiere explorar, etc.
En este último sentido son los aspectos agresivos y los eróticos los que tienden a aparecer con gran frecuencia en las habitaciones virtuales.
Lo cierto es que los chats permiten poner en escena aristas de la propia personalidad que son difíciles de ser presentadas en la vida pública. Muchas veces el juego en el chat abre a escenarios de puesta en práctica de aspectos que tiempo después serán llevados a la cotidianeidad. Más que un "recreo" al decir de Reid (1991) en este caso sería un "entrenamiento" previo a llevarlo a la práctica en la llamada vida real.
Este poner en escena un personaje "es un modo de acentuar o recrear personalidad, de compensar aquellos que se viven como defecto o limitación y también de expresar las tendencias inhibidas habitualmente" (Lameiro & Sanchez, 1998).
Algunas de estas identidades "construídas" son mantenidas a lo largo del tiempo, otras duran tan sólo el tiempo de una conexión.
Aspectos temidos, que no pueden integrarse a la personalidad global del sujeto en su accionar diario, a veces logran ser desplegados en un chat como modo de observar y estudiar las reacciones de los otros. Es aquí donde Turkle (1995) asimila este juego con la identidad a la psicoterapia, cuando este aspecto puede ser integrado a la personalidad y no sólo jugado. Muchas veces todo esto implica un largo y duro proceso, y angustias tanto reales como virtuales.
Muchas veces ese personaje creado reviste características de ideal. Las personas arman su personaje con lo mejor de sí mismos y de sus ideales. Esas presentaciones ideales suelen ser causantes de las decepciones posteriores cuando se dan encuentros cara a cara (Donath, 1996; Gwinnell, 1999) y la realidad no concuerda con la virtualidad.
Jugando con la incertidumbre
Se dice que vivimos tiempos donde nada es para siempre, todo tiende a transformarse y las cosas pueden cambiar en el momento más inesperado. Si esto es así, en las habitaciones de los chats se juega con ello, como en una suerte de entrenamiento para estos tiempos de incertidumbre.
Hemos entendido a los chats como una forma de tornarse activos frente al vértigo y al devenir incesante y a la pérdida de referentes claros para pasar a "jugar" activamente con esta realidad que nos toca vivir. Lo inesperado, lo incierto -característico de nuestros días- encuentra su referente lúdico en el chat donde los personajes pueden sentirse activos en los sucesos que van re-creando.
Los personajes entran y salen, irrumpen y desaparecen muchas veces sin dejar rastros, anónimos, sin sustancia.
El yo del sujeto moderno está saturado de relaciones y el cielo del chat se aclara con esta cantidad de estrellas fugaces, personajes efímeros, que irrumpen y pasan desconcertando a muchos y dejando una estela de reconocimiento de lo vertiginoso del paso del tiempo.
Muchas veces prima la subjetividad del instante, la conexión de descarga, la catarsis de la vida "sobremoderna" con sus excesos y sus penas.
Surge a través de estos contextos electrónicos una subjetividad que se define en una reafirmación del instante, del ahora. Lo que cuenta es el presente.
En el chat no hay intención de ligar la acción desplegada a ningún aspecto de la personalidad. No hay aquí una continuación de identidad, ni la menor intención de hacerlo. Lo que se busca es muchas veces la satisfacción de los impulsos que se ve facilitada por este nuevo medio.
Por todo ello nos hemos referido siempre al chat como un lugar privilegiado para poner en juego esa plasticidad de la que habla Gergen (1997), esa capacidad de transformarse tan necesaria para poder caminar por el siglo XXI.
En pocos lugares se puede visualizar tan claramente el llamado proceso de autofabricación del yo y de búsqueda de identidad. Es en estos entornos electrónicos en donde las personas pueden darse un respiro y dedicar tiempo y energías a controlar sus vidas escenificadas. Es en estos nuevos lugares de encuentro donde la gente se anima a desplegar aquellos aspectos de la personalidad olvidados en la cotidianeidad. De allí el imán para la adicción que puede resultar.
En el chat jamás puede uno estar seguro que el otro es quien dice ser; la incertidumbre es total. Las identidades son cambiantes y los usuarios están permanentemente jugando con algo que desde la sociología es considerado clave en la sociedad actual: la búsqueda de la identidad como un proceso inacabable y los sujetos dirigidos hacia una identidad buscada pero nunca alcanzada (Bauman, 2001).
¿Qué mejor lugar que el chat para poner en juego en un "como si" esta situación de estructuración identitaria autónoma?
Este entorno de Internet es un nuevo espacio psicosocial en donde de alguna forma se puede lidiar con la vertiginosa realidad de nuestros días, movediza, veloz e incierta como un chat.
Las transformaciones permanentes, requerimiento esencial de nuestros días, se escenifican en los chats donde a través de lo lúdico se elaboran las nuevas demandas socioculturales de reingeniería permanente. ¿Cuál es el juego aquí? El juego con la identidad. Es la posibilidad de recreación de la misma una y otra y otra vez.
Se intenta elaborar entonces a través del juego la imposibilidad, la premura de los cambios que atentan contra la identidad y los tiempos de asimilación de los cambios.
El juego permite en cierta manera una elaboración de esto, permitiendo que lo vivido pasivamente se actúe activamente.
¿Qué pasa con el Messenger?
En el MSN no hay desconocimiento de la identidad del otro, no hay anonimato. Recordemos que los contactos del Messenger son contactos que de alguna manera están habilitados para formar parte de la lista del usuario. Es una tecnología que incorpora el control sobre lo inesperado. No es controlable lo que el otro pueda decir o hacer, pero sí de quién queremos recibir o no comunicaciones, para quién estar disponible. El Messenger al igual que el chat, representa una compañía omnipresente, latente. En el caso del chat es la posibilidad de contactar, conocer, manejarse en ese entorno, una continuidad de conexión con el mundo. El MSN brinda la posibilidad de contactarse con los amigos, conocidos, los contactos elegidos, los referentes escogidos. Es a la vez marcar presencia en la Red, determinando su estatus de presente-ausente, generando existencia.
El MSN más que abrir al mundo impersonal, a la exploración como el chat, habilita a la conexión con los contactos, a dar señales de presencia en el espacio psicosocial de la Red. El MSN tiene mayor intimidad, privacidad. Otorga la sensación de "estar ahí y presente", a salvo de las soledades en la conexión con los pares.
El MSN en lugar de habilitar a la salida, al espacio público del chat promueve espacios reducidos de intercambio. Más que de exploración, se trata de intercambio, presencia, compañía permanente.
Bibliografía
-Albero, M. (2005), "Adolescentes e Internet. Mitos y realidades de la sociedad de la información" (1) en Zer. Revista de estudios de comunicación, mayo 2005
-Balaguer, R. (2003) Internet: un nuevo espacio psicosocial, Montevideo: Ed. Trilce
-Bauman, Z. (2001) En busca de la política, México: Fondo de Cultura Económica
-Donath, J. And Robertson, N.,(1994) "The sociable web" Procedings of the 2nd International World Wide Web Conference, Chicago. Disponible en :
http://judith.www.media.mit.edu/SocialWeb/SociableWeb.html.
-Gergen, K. (1991) El yo saturado, Buenos Aires: Paidós, 1997
-Gwinell, E. (1998) El @mor en Internet Barcelona: Ediciones Paidós, 1999
-Lameiro, M. & Sanchez, R. (1998) "Vínculos e Internet Investigación cualitativa acerca de nuevas formas de vincularse" Disponible en:
http://www.mdp.edu.ar/psicologia/psicomdp/vinculos.htm#a25
-Reid, E. (1991) "Electropolis: Communication and community on internet relay chat". Thesis, Dept. of History, University of Melbourne.
-9. Turkle, S. (1995) La vida en pantalla: La identidad en la era de Internet, Barcelona: Paidós, 1997
* Publicacion original: Balaguer Prestes, Roberto, 2005, "El chat y el Messenger: instrumentos de entrenamiento en comunicación para tiempos de incertidumbre y baja atención". Ponencia presentada en el marco de las VIII Jornadas de AIDEP, The British Schools, Montevideo, 2005. Disponible en el ARCHIVO del Observatorio para la CiberSociedad en
http://www.cibersociedad.net/archivo/articulo.php?art=209

Las redes sociales: el nuevo medio de comunicación

No sé si os pasa a vosotros pero yo no paro de encontrarme en Facebook cada día a más gente que conozco o he conocido en la vida real. Lo curioso de esto, y lo que marca la diferencia, es que es gente que no es ni heavy user de Internet, ni adicto a las comunidades, chats o foros, ni trabaja en Internet, ni depende de él, ni en definitiva le da más uso a Internet que leer su correo y buscar algo en Google. Es gente que acaba en Facebook porque otros les dicen que pueden encontrar viejos amigos allí, compañeros de trabajo, de estudio, etc. Es gente que empieza a usar de forma cada vez más potente Facebook para comunicarse. ¿Cuántas veces no ocurre que entre cervezas hablando con amigos unos empezamos a comentar temas y alguno no se entera de nada? El pobre de repente dice en alto: ¿pero de qué demonios estáis hablando? Entonces otro responde: ah claro, es que él no está en Facebook. Tío, es que deberías entrar de una vez.

Diálogos como estos se repiten cada vez más:
No usuario de Facebook: Ey, me tienes que pasar las fotos de la boda.
Usuario de Facebook: Están en Facebook, las subí hace un mes.
No usuario de Facebook: He perdido el teléfono de María, ¿alguien lo tiene?
Usuario de Facebook: Pero tío, si está en Facebook, agrégatela.
No usuario de Facebook: Oye, ¿sabéis algo de Paco? Hace un montón que no hablo con él.
Ususario de Facebook: Es que está chungo, le han despedido, lo puso en su estado de Facebook.

El que no es usuario de Facebook acaba convenciéndose de que debe entrar para tener más contacto con la gente que le rodea.
A mi esto me recuerda a los teléfonos móviles, a cómo empezaron siendo usados de forma habitual sólo por unos pocos y como rápidamente se extendieron a todo el mundo. Fue uno de los ejemplo más claros del triunfo del marketing: se creó la necesidad. Se creó hasta tal punto que ahora nos sentimos desnudos si nos dejamos el móvil en casa.
Yo fui bastante precoz y tuve mi primer móvil a los 15. Uno de esos que era de tamaño walkie-talkie, y del que he conseguido encontrar una foto. Pues recuerdo perfectamente que cuando estudiaba la carrera que muchos compañeros míos aún no tenían móvil. Es más, se resistían a tenerlo porque no les parecía necesario. Obviamente al terminar la carrera todos ellos habían caído presos de la necesidad.
Cada vez veo más potentes las redes, comunidades (llamémoslas como queramos) o sites tipo Facebook como medio de comunicación necesario o mejor dicho, medio que ha provocado la necesidad en la gente.

"http://comunidando.es/2009/01/las-redes-sociales-el-nuevo-medio-de-comunicacion/"

sábado, 9 de mayo de 2009

DETRÁS DE LAS MÁSCARAS

Al igual que éste, un blog afin, “Mundo Facebookiano”, analiza también, pero desde otra perspectiva, el fenómeno de esta red social. Con un estilo anatómico-descriptivo, el artículo de presentación verifica los muchos avatares que el aspirante a usuario debe sortear para formar parte del sitio.
No voy a examinar aquí este blog, pero, con el propósito de justificar estas líneas, sí tomaré un tramo de un comentario que recibió el artículo en cuestión. El ocasional lector de “Mundo Facebookiano” anota:

“No coincido en nada con esta forma de pensar el fenomeno Facebook por varias cuestiones:La primera es que en paginas como Facebook uno no esta obligado a poner todos sus datos y mucho menos se exigen que esos datos sean verdaderos, uno puede poner lo que quiera en su perfil, yo por ejemplo no tengo casi ningun dato en mi perfil, seguramente puede contraargumentarse con una critica paradojal, en el sentido de que si uno puede mentir en su perfil, Facebook es criticable porque el encuentro que se propone desde Facebook seria ficticio, irreal, imposible y hasta una trampa, pero si Facebook tuviera una forma de obligar a los usuarios a dar los datos verdaderos, tambien seria criticable, porque pondría a la red en un opresivo lugar de control…”

Un sociólogo canadiense, Erving Goffman, publicó, en 1959, su obra más importante: “La presentación de la persona en la vida cotidiana”. En ella, plantea la la interacción comunicativa en términos de intervención dramática. Así, podrá hablar de actuante, actuación, fachada, auditorio, realización dramática, mantenimiento del control expresivo, etc. Explica:

“Debajo de toda interacción social parece haber una dialéctica fundamental. Cuando un individuo se encuentra con otros, quiere descubrir los hechos característicos de la situación. Si tuviera esa información, podría saber qué es lo que ocurrirá, y estaría en condiciones de dar a conocer al resto de los presentes el debido cupo de información compatible con su propio interés”.[1]

En este modelo de interacción planteado por Goffman, la mentira o falsa fachada, (que el autor llama tergiversación) se castiga con el desprestigio y la desconfianza infinita del auditorio. En otras palabras, el actuante (tanto el sincero como el falaz) tendrá siempre un especial cuidado en mantener la impresión que fomenta, a fin de que la discrepancia (si es que la hay) entre la apariencia promovida y la realidad no sea percibida por el resto. Y si es descubierto en una mentira incontestable, el actuante deberá atenerse a las consecuencias; verbigracia: soportar la hostilidad del auditorio. “Se sacó la careta”, podría decir el saber popular. En suma: ésas son las reglas de juego. Del mismo modo, rige el principio de que todo individuo que posee ciertas características sociales tiene un derecho moral a esperar que otros lo valoren y, complementariamente, que todo individuo que implícita o explicitamente pretende tener ciertas características sociales, deberá ser en realidad lo que alega ser. ¿Pero qué pasa en Facebook o en cualquier otra red social? Es evidente que imperan otras reglas de juego. Aquí, la falsa fachada no se censura, sino que se acredita y se sostiene desde un hipotético marco teórico que podríamos tildar de pseudo foucaultiano, ya que, en esa lógica, obligar a los usuarios a dar sus verdaderos datos (una actuación sincera, digamos, en términos de Goffman) “pondría a la red en un opresivo lugar de control”.
¿Ficción libre o lugar de control? Una paradoja, como bien observa el comentarista de “Mundo Facebookiano”. Quizá sea el resultado de medir a Facebook con parámetros que tienen vigencia sólo en la interacción social tradicional, cara a cara, no en el mundo aparencial de la red.
Nos han dicho y con razón que nunca hay que pasar por alto que, detrás de la red, hay personas. Es cierto: jamás hay que olvidar que, detrás de las máscaras, siempre hay personas.

Néstor Granda

[1] Goffman, Erving: La presentación en la vida cotidiana, Amorrortu, 1981.

martes, 5 de mayo de 2009

LA CULTURA DE LO INSTANTÁNEO


Cuando placer y la realidad confluyen

A fines de los 80, Zygmut Bauman fijó el término “modernidad líquida” para referirse a la fluidez como una metáfora de la desregularización, fugacidad y liberalización de los mercados. Por extensión, para referirse también a la precariedad de los vínculos humanos, a la volatilidad y transitoriedad de las relaciones en la etapa actual de la era moderna. Liquidez, pues, se refiere tanto al carácter “comercial” como al transitorio que priman en las relaciones humanas de la postmodernidad.
Adolfo Vásquez Rocca expone esta doble vertiente:
“La caracterización de la modernidad como un «tiempo líquido» —la expresión, acuñada por Zygmunt Bauman —da cuenta del tránsito de una modernidad «sólida» —estable, repetitiva— a una «líquida» —flexible, voluble— en la que los modelos y estructuras sociales ya no perduran lo suficiente como para enraizarse y gobernar las costumbres de los ciudadanos y en el que, sin darnos cuenta, hemos ido sufriendo transformaciones y pérdidas como el de «la duración del mundo»; vivimos bajo el imperio de la caducidad y la seducción en el que el verdadero «Estado» es el dinero. Donde se renuncia a la memoria como condición de un tiempo post histórico. La modernidad líquida esta dominada por una inestabilidad asociada a la desaparición de los referentes a los que anclar nuestras certezas.”[1]
Mucho antes, en 1923, Sigmund Freud ya había reformulado su teoría sobre la constitución del aparato psíquico, dividiéndolo en tres instancias: el ello, el yo y el superyó.[2] En esta redefinición, el ello pone su mejor empeño en la consumación de todas las pulsiones, instintos y deseos, a fin de reducir la tensión que provocan en el aparato psíquico. En el ello impera el principio del placer, que tiende a la satisfacción inmediata. Digamos que se trata de una instancia típicamente hedonista. Su necesaria contrapartida, el principio de realidad, que busca esa distensión por caminos distintos a la satisfacción inmediata, es ubicado en el yo, que se transforma entonces en una especie de mediador entre las exigencias internas y la realidad exterior, reservándole al superyó el papel de juez o censor del yo.
El principio del placer es el que domina en el comienzo de la vida y en los primeros tiempos: cuando un niño quiere algo es incapaz o bien de admitir la imposibilidad de satisfacer su deseo, o bien de interponer un compás de espera entre ese deseo y su satisfacción; en general, suele dar rienda suelta a su fracaso con gritos y pataleos. Lo mismo acostumbran a hacer los neuróticos.
Sospecho que hay un nexo entre la modernidad líquida de Bauman y el principio del placer de Freud. Es el nexo de lo instantáneo. Se trata del aquí y ahora que gobierna tanto el pataleo del niño que quiere el helado como la liquidez del postmodernismo que seduce con el placer de lo inmediato. “De alguna manera, nos prolonga la omnipotencia infantil”, afirma el psiquiatra y psicoanalista Pedro Morales Paiva[3]. Es la cultura de la neurosis, el pensamiento mágico, la lámpara de Aladino, el Deus ex Machina (apó mekhanés theós) del teatro griego y romano. En la postmodernidad parecen confluir el principio del placer y el principio de realidad, el deseo y su satisfacción inmediata. En la postmodernidad, en donde los rigores se han relajado hasta el punto de su licuefacción, el contacto con el vínculo está apenas a un click de distancia, y no es necesario mostrarme tal como soy, sino tal como deseo que los demás me vean.
Es precisamente este carácter instatáneo e impalpable lo que torna a los vínculos postmodernos volátiles y precarios, sin certezas. La liquidez es un corolario necesario de lo inmediato.
Vásquez Rocca[4] nota que la modernidad líquida es un tiempo sin convicciones, sin previsión para el futuro, donde el amor se hace flotante, sin responsabilidad hacia el otro, y le adjudica a la web su expresión más cabal. Y es, quizá, porque, además de traficar con información, la web trafica con deseos.
Deseos, deseos neuróticos, gritos y pataleos, baile de máscaras, olvido y desarraigo, reflejos, fantasía, fragilidad. ¿Alguien, acaso, podría asegurarnos que no ha de ser ésa la herencia que nos legarán estos tiempos?

Néstor Granda

[1] Vásquez Rocca, Adolfo: Zygmut Bauman: Modernidad líquida y fragilidad humana, en revista Nómadas, 2008.
[2] Freud, Sigmund: El yo y el ello (1923) en: Obras Completas Vol 15, Amorrortu.
[3] Morales Paiva, Pedro: A propósito del principio de realidad, en: http://pedromoralespaiva.blogspot.com/
[4] Op.cit.