martes, 16 de junio de 2009

A MODO DE NOTA FINAL

Decidir sobre una cuestión tan ardua y compleja como los cambios que se operan en los vínculos tradicionales de los usuarios de las redes sociales (en este caso respecto a Facebook, pero Facebook es apenas una justificación para iniciar el abordaje), precisamente a causa del uso de estas redes sociales, es una empresa que supera con amplitud las pretensiones de este blog.

Nos propusimos simplemente iniciar un abordaje, sostener que había allí una problemática sobre la que era factible pensar.

Imaginamos un cuestionario que indirectamente detectara algunos de esos cambios, preguntas que dieran cuenta del impacto de la llamada Web 2.0, con sus ventajas y contratiempos, sobre los usuarios de las redes sociales, fundamentalmente en lo que respecta a sus propios vínculos tradicionales, es decir aquellos no mediados por una interfaz virtual.

Lo primero que pudimos observar es que un cuestionario de 10 preguntas resulta a todas luces insuficiente para analizar adecuadamente un tema tan espinoso. Tampoco sabemos si un interrogtorio más extenso hubiera dado mejor resultado. La misma lógica de la web exige otros tiempos. La brevedad de las respuestas demuestra que difícilmente los usuarios de Facebook habrían dedicado el tiempo requerido para contestar 100 ó 200 preguntas de un mejor testeo.

No obstante, a la luz de las respuestas de esos usuarios, pudimos poner en escena algunos ejes interesantes: la modernidad líquida de Zygmut Bauman y su alusión a la precariedad de los vínculos humanos de la postmodernidad; el principio del placer freudiano, con su exigencia de satisfacción inmediata; la pulsión escópica de Lacan, el deseo de mirar y de ser mirado, en donde Facebook podría asimilarse a una gran vidriera; el desesperado intento de tapar un vacío y de huir de la angustia, propuesto por la psicoanalista Diana Sahovaler de Litvinoff; el yo saturado de Gergen, ese yo inmerso en una multiplicidad de relaciones que trascienden el espacio y el tiempo y que acaban por agobiarlo, entre otros temas.

Precariedad, urgencia, inmediatez, huida, la mirada y el reconocimiento de los otros, la identidad entre los conceptos de existencia y percepción, las inifinitas posibilidades de comunicación y de acceso a la subjetividad propia y ajena. Son temáticas que se repiten.

Es posible que algo de todo eso haya en el fenómeno de las redes sociales, pero estas propuestas sólo atisban una porción de la inextricable trama que nos envuelve (a todos, usen o no Facebook), a esta altura (podemos afirmar sin miedo) de modo irreversible, sin marcha atrás. Porque el fenómeno de los vínculos mediados por la tecnología virtual es algo de todo eso y sin duda también mucho más.

La palabra virtual hace referencia a una realidad ilusoria, sin soportes objetivos. Pero la virtualidad, por derecho propio, se ha ganado un lugar en la realidad “objetiva” de los seres humanos. Porque es efectiva, es decir que produce efectos que nada tienen de ilusorios. Porque, en definitiva, ha modificado nuestra forma de ver y entender el mundo.

Decía Heráclito que no es posible bañarse dos veces en el mismo río, porque ese río nunca es el mismo. Indirectamente afirmaba que nosotros, cada vez que nos sumergimos, tampoco somos los mismos.

La virtualidad es un modo de realidad nuevo, con sujetos también nuevos, una realidad que probablemente se resista a ser conceptualizada con esquemas viejos de ponderación. Una realidad que en definitiva exija modelos nuevos de pensamiento para ser aprehendida en su medida justa.

Impresiones sobre el Trabajo Grupal

Impresiones a lo largo del trabajo :
¿Porqué te anotaste en esta materia? ¿ Cómo se llama?:
Esta fue una pregunta que al comienzo del cuatrimestre me hicieron repetidas veces, la fuí contestando transformada por lo que pasaba en mí durante la cursada.

1) Me parece importante tomar contacto con una realidad que está presente en todos lados...

2) Cuando empezé a cursar las cuatro horas semanales, tuve el primer encuentro con beneficios apenas sospechados. Por ejemplo :
Aprovechar todas las posibilidades que nos acercan los cambios tecnológicos en comunicación, educación, atec.
Poder trasladarlo a otros contextos que seguimos manejando con modelos teórico-prácticos pertenecientes a la Edad Moderna. Observé que en los contextos que podemos llamar hegemónicos es donde éstas posibilidades se aprovechan mal o no se aprovechan. Ej: Escuela, Universidad, etc.

3) Comprendí que las condiciones de usabilidad y accesibilidad simplificadas por sus actualizaciones dan a todos los que se interesen en ellas ,con un mínimo de prepración y práctica el acceso a distintos tipos de conocimiento e intercambio.

Que tiende a borrar dicotomías y diferencias, que es facilitadora en muchísimos sentidos de cuestiones relacionadas al acceso a la información en todos los niveles, sin importar la distancia geógráfica o en el tiempo. Que favorece la recuperación de vínculos o no. Que cada uno de sus usuarios tiene la libertad de decidir dentro de las pautas éticas cómo quiere usarla.

4) Para dar un corte arbitrario a esta especie de resúmen de aspectos positivos que el cursar Informática, Educación y Sociedad movilizó en mí. Quiero referirme a una constante desde el comienzo de la cursada .Lo más importante desde aquel primer momento de la pregunta inicial, hasta la dada hace unos días a una compañera de otra materia : "No parás de aprender"... Desde el primer día..

Algo muy bueno,que nos pasó a todos. Y aún mejor : Fuimos estimulados en el proceso para que lo hiciéramos cada uno a su ritmo, de acuerdo a los que nos interesaba más , con el apoyo y la guía continuada de los que nos acompañaron "Profe y Ayudantes". Martag.


sábado, 13 de junio de 2009

Auto Critica - Proceso del trabajo

Auto Critica: para realizar nuestro trabajo sobre facebook y analizar nuestra hipotesis ¿De qué modo los vínculos mediados por Facebook modifican los vínculos sociales tradicionales de los usuarios de esa red social? tuvimos ciertas complicaciones, tanto asi con el tiempo, metodo, instrumentos, muestra entre otras cosas.
primera mente pudimos observar que hacer una hipotesis tan macro sobre face book no se hace de un dia para otro, ni con 50 encuestas
ni con las herramientas que teniamos. Ademas pudimos observar que las 10 preguntas que seleccionamos por ahi no eran las mas precisas no alcanzaban para describir bien los resultados que buscabamos, tambien pudimos inferir que la gente encuestada no iba a contestar un cuestionario de 100 preguntas y tambien muchas respuestas fueron contestadas "asi nomas".
Mirando desde un punto mas positivo el trabajo nos perimitio cuestionarnos distintas cosas sobre facebook. Muchas de ellas nos parecian ya
"naturalizadas" e invisibles, hubo mucho trabajo de replanteo y cuestionamiento. Ademas en nuestro grupo particular al haber diferencias de edades mas marcadas, permitio hacer muchas mas reflexiones, desde los usos de facebook hasta la vida cotidiana mediada por tecnologia.
Donde unos nos identificamos con "Nativos" y otros como "Inmigrantes".

jueves, 11 de junio de 2009

Una conclusión más.....

El domingo 31 de mayo de 2009 el diario “Clarín” publico una nota en el Suplemento Sociedad, “Un mal del mundo digital”, la misma explicita las ventajas y desventajas del mundo computacional. Entre las desventajas propone que crean un estado de fascinación debido a que los usuarios reciben un bombardeo de estímulos de información, provocan adicción y el riesgo de que tanta hiperconexión termine en un cuadro de autoencierro. Las ventajas que se mencionan son que las TICS facilitan la comunicación y ofrecen un acceso inmediato a la información, como también generan nuevas formas de sociabilidad y no anulan la vida social, ayudando a construir relaciones con otros, donde la ausencia de imagen física permite hablar de sí mismos con más autenticidad. Tomando como puntapié este recorte puedo decir que hoy en día estamos inmersos en una tecnocultura, donde los celulares, el correo electrónico, las redes sociales e incluso, los videos juegos son herramientas que pueden pensarse como espacios de relación con los otros. Son organizadores sociales, lugares de encuentro, que facilitan estar comunicados con terceros. En general, no creo que haya dependencia (adicción), sino uso, y, si se quiere, un exceso de dedicación que hace que otras actividades, tareas o responsabilidades queden subordinadas (tiempo a la televisión y al estudio por ejemplo).
Las redes sociales son extremadamente atractivas por su capacidad de mostrar las vidas ajenas y hacer circular dichos, imágenes e ideas. La red permite ampliar el capital social digital y ofrece, como nunca antes y a través del intercambio de contenidos, oportunidades de destaque y liderazgo. En las mismas aparecen el sentido de pertenencia, la integración social y la mera diversión brindada por la socialización de encuentro, reencuentro y también de conquista. Con la incorporación de fotografías a las redes sociales (actividad visualizada como las más frecuente), tomando este hecho como un tipo de externalización, puedo decir que el territorio y la naturaleza de la intimidad ha sido modificado. Para las generaciones que usan Facebook la intimidad en su concepción moderna ha cambiado, y su alcance resulta cada vez diferente. Quizás no se trate sólo de revelar intimidades sino de asegurarse a través de las fotos, cierta existencia en el mundo de la conexión. Las fotos, estas intimidades reveladas son un elemento proveedor de existencia en el mundo de los bytes, un medio para ello, aunque no el único. Las fotos, documentos de esas experiencias que antes pertenecían al ámbito de lo privado y se ligaban al pasado, hoy abandonan ese territorio, salen de la caja y al tiempo que lo hacen, trastocan, casi sin quererlo, el propio concepto de intimidad, que se desarma. Las redes sociales se basan en la exposición absoluta de la intimidad, cuando en una relación cara a cara se conserva.
En las redes sociales se expone absolutamente todo, y se ofrecen como un producto más en la sociedad de consumo. En palabras de Bauman, “Los encuentros de los potenciales consumidores con sus potenciales objetos de consumo se convierten poco a poco en los ladrillos con que se construye ese entramado de relaciones humanas que sucintamente llamamos sociedad de consumidores”. (Bauman, Zygmundt: “Vida de Consumo” Introducción, pag. 24). En estos medios masivos de consumición el encuentro con una persona requiere habilidades sociales de las que se pueden carecer o son inadecuadas y entablar un diálogo implica exponerse a lo desconocido. Al entablar una conversación, el mirar cara a cara a otra persona es donde se devela nuestro ser, en esa mirada uno busca entrever lo que piensa o siente en ese momento, cuestión difícil de controlar o camuflar. Por lo que Bauman escribe que “Es tan reconfortante saber que es la palma de mi mano y de nadie más la que sostiene mi mousse, que mi dedo y sólo mi dedo es el que descansa sobre el botón, que nunca más una imprevista mueca de mi cara, o apenas el asomo de una expresión de deseo, dejará traslucir frente a nuestro interlocutor pensamientos o intenciones que no estábamos dispuestos a revelar”. (Idem anterior, pag. 32). Entonces podría considerar que las relaciones cara a cara, si bien están presentes todo lo corporal y gestual, las mismas, no se agotan ni empobrecen en la simple interacción, al contrario, se complementan las mismas mediante este mundo tecnológico y se llegan a conocer facetas desconocidas de las personas, que por inhibición o por ciertos códigos sociales no se expresan libremente.
En mis épocas de juventud los “asaltos” (esos en los que el fin no era cometer un delito), y luego las “matinés” eran el espacio propicio de encuentro, el lugar indicado para conocer nuevas personas y reencontrarse con viejos conocidos. Esto ha ido cambiando, se dio un vuelco absoluto. De aquello que era una situación social de interacción, donde el lenguaje primaba y tenía su lugar, se pasó al espacio con el sujeto único frente a su “todopoderosa” computadora, desde donde se puede acceder a casi todo. Facebook es una herramienta social que pone en contacto a personas con amigos y otros con los que se pueden tener intereses en común. Evidentemente este giro en las formas de vincularse, que exceden lo real, provocó un fuerte impacto en el mundo y en la sociedad. Esta manera de vincularse roza el delgado límite con lo imaginario. Una gran red definida como social, pero que no está sustentada en la relación cara a cara, sino en un placer mediado por tecnología. Ese imaginario, ese, sentimiento imaginario radica en las posibilidades de pertenecer a ciertos grupos y esa pertenencia permite compartir intereses y necesidades que se satisfacen en el frenesí de la interacción tecnológica. Algunos especialistas hablan de afán de popularidad o de reconocimiento y lo asocian con la necesidad de trascender, con el disfrute de ser mirado y/o como antídoto para no sentirse solo. Al estar de moda, la red permite que cualquier usuario pueda comunicarse masivamente. El mensaje trasciende, casi sin fronteras ni control. No en vano empresas, organizaciones de distinta índole y partidos políticos han comenzado a incluir a Facebook en sus políticas de comunicación. Basta recordar cómo el presidente norteamericano, Barak Obama, se destacó por difundir opiniones en su página personal. La fascinación que ha ido creciendo por este fenómeno se va intensificando en la medida en que el usuario alcanza una masa crítica de amigos y se acostumbra a recibir respuestas cada vez más rápido.
Entonces y para terminar podría postular que en Facebook, las relaciones mediadas por las tecnologías favorecen las cara a cara, donde esta inexsistencia entre lo real y lo tecnológico son lugares de posibilidad de organización social. Donde la gente se preocupa, descarga miedos y angustias, se preocupa realmente por los demás y hasta se enamora a través de la red, del mismo modo que ocurre en las comunidades geográficas. Estas conexiones constituyen un signo real de esperanza, cuando lo que prima es la fragmentación de la vida pública y la polarización de grupos de interés.

sábado, 6 de junio de 2009

Análisis cuantitativo de las encuestas

Una vez recabados los datos de las encuestas que hemos realizados a los usuarios de la Red Social Facebook, procedimos a analizarlos cuantitativamente por medio de los gráficos de círculos: Los Porcentajes de los rangos de las edades de las personas que han contestado nuestra encuesta son los siguientes:
15-20 años: 10%
21-25 años: 22%
26-30 años: 24%
31-35 años: 28%
36-40 años: 2%
41-45 años: 8%
46-50 años: 0%
51-55 años: 2%
56-60 años: 4%
Cabe destacar que estos datos se basan en un total de 50 personas encuestadas de ambos sexos.

Con respecto a nuestra segunda pregunta de la encuesta; ¿Qué ideas tenías d Facebook al momento de inscribirte?, obtuvimos que el 36% de los encuestados no tenia mucha idea sobre la temática de la página ni que era lo que se podía hacer en ella, otro 22% creían que el objetivo principal de Facebook era reencontrarse con amigos del secundario o gente que hacia tiempo que no veían. En cambio el 42% nos contesto que Facebook era una red social de amistad o para entablar amistades.
Al ser esta pregunta, una pregunta compuesta, en la segunda interrogación (¿Seguís teniendo la misma idea?)


Obtuvimos como resultado que un 60% de la población encuestada continuaba con la misma idea de origen, mientras que el 40% cambio de idea, conforme fue adentrándose en las funciones de la red.


En cuanto a la tercera pregunta realizada, notamos que los más antiguos en la red, poseen 3 años registrados, mientras que el porcentaje más elevado (34%) tiene 1 año de antigüedad en la red Facebook. Notamos que en algunos casos no nos podían dar la respuesta exacta y un porcentaje mínimo de personas que no podían especificar la antigüedad (2%)


Con respecto al tiempo dedicado para la actividad que se desarrolla en Facebook, obtuvimos que en promedio la gente se conecta muy poco a la red, esto se ve reflejado en los siguientes parámetros:
5 minutos: 2%; 10 min.: 8%; 15 Min.: 8%, 20 min: 1%; ½ hora: 22%.
Solo obtuvimos como respuesta a una persona que se conecta 4 horas al día (2%) y dos personas que lo hacen en un promedio de 2 horas al día (4%).
Un dato a tener en cuenta en esta respuesta es que obtuvimos un 42% de personas que le dedican pocos minutos, sin especificar cuantos al día, pero solo para revisar los mail donde les detallan la actividad que hay en la red, no entran por motus proprio.

La pregunta número 5 resulto ser la más variada a la hora de colocar actividades, por un lado tenemos que la gran mayoría coincide en las actividades tales como subir fotos y videos, y contactar amigos o reencontrarse con gente. En ambas actividades obtuvimos el 34% de respuestas. Luego continúa el hecho de jugar o realizar test que les envían a su perfil (16%).
Solo unos pocos se dedicaron a el armado de grupos (6%), mientras que con un 2% tenemos la realización de las siguientes actividades: de todo (no sabemos muy bien a que hace referencia), escribir en los muros, enviar mensajes, admitir solicitudes-
Resulta llamativo que un 4% nos haya referido que se dedica a hacer nada en Facebook.


En esta respuesta notamos algo muy llamativo; el 36% de los encuestados refiere que no hacia nada antes de formar parte de Facebook, por lo cual no dejó de realizar nada.
En cambio el 34% fue más especifico, manifestando que Facebook no les cambio nada, que siguen siendo los mismos que antes.
El 8% de encuestados, antes subían fotos a sus metroflog o fotolog, y el otro 8% usaba mas asiduamente el msn. El 4% también manifestó que antes mandaban mails, pero que ahora lo hacen por medio de Facebook.
Otro 4% nos comento que anteriormente utilizaban otra red social: Myspace.
Con el 2% tenemos encerrados tres tipos de actividades que ya no realizan: participar en foros, mirar más TV o películas y utilizar el teléfono.

Con respecto a la consigna siguiente (¿qué haces ahora que estas en Facebook que antes no hacías?), nuevamente tenemos como respuesta Nada (34%), si bien en este caso varias personas nos remiten a que siguen siendo las mismas que antes, muchas respuestas solo se remiten a decirnos Nada en particular. Por otro lado tenemos el 24% de encuestados que se dedica a hablar con gente o hablar con aquellos amigos que hacia tiempo que no veían, ya sea por no tener el mail o el teléfono, o por el paso del tiempo.
Con el 12% tenemos a aquellos que utilizan Facebook para buscar fotos, ver fotos o directamente subirlas a la red.
Con el 10% tenemos a aquellos que se dedican a realizar los test que permite la página o a jugar. Es llamativo que muchas personas consideran que estos test carecen de ingenio (“son estupidos”). Otro 10% manda mensajes por este medio y se comunica con sus contactos por medio de los muros.
Un 4% nos asegura que ahora es más cauteloso con la información que publican ya que esta se convierte en accesible para todos. Otro 4% respondió que pierden tiempo utilizando el Facebook.
Por último, tenemos un 1% de encuestados que ahora entra a otros sitios de Internet, mientras que otro 1% ahora utiliza la PC para el ocio.
Al momento de preguntar sobre la seguridad que puede o no brindar esta red, obtuvimos respuestas bastantes homogéneas; en el sentido que el 44% de los encuestados nos manifestó que Facebook no es una red confiable, ya que no saben a donde van sus datos o conocen casos en los cuales se ha robado la identidad de las personas. Gran número de encuestados manifestó que nada en Internet es seguro, y que la mayor parte de la información que aparece en Facebook se las que dan los administradores del sitio para vender la información de los usuarios.
En contrapartida el 40% de encuestados manifestó, que es un sitio confiable, ya que es el usuario quien decide que es lo que quiere publicar, además existen cláusulas de seguridad que los avalan, y son los usuarios quienes deciden a quienes van a aceptar como contactos.
Por otro lado tenemos un 8% que manifiesta que esta red es en parte confiable y en parte no, y nos detallan los mismo argumentos que manifestaron los encuestados que afirman la seguridad en la página como aquellos que no.
Por último tenemos otro 8% de encuestados que respondieron que no le prestan atención a eso y tampoco se preguntan por esas cosas.


Al momento de preguntar cómo eligen los contactos el 76% de los encuestados nos respondió que solo admiten a aquellos conocidos, ya sea por un lazo familiar o por amistad, mientras que un 14% de los encuestados asegura que admite a todo aquel que lo invite a su red.
Por otro lado tenemos a un 4% que nos comenta que aceptan a amigos de sus amigos, y otro 4% que aseguran que los admiten a ellos en las redes de los demás.
Solo el 2% busca a sus contactos por medio del correo electrónico.


Al indagarles en la misma pregunta, si tenían contacto fuera de facebook con sus contactos en esta red el 76% nos contesto que si, ya que son gente de su círculo cotidiano, aunque también nos aseguraron que a los que admiten pero no saben quienes son, no los conocen por fuera de esta red.
EL 4% no se contacta con las personas que forman parte de su red en Facebook; y el 20% no contesto a esta parte de la consigna.
Cómo última pregunta propusimos que nos comentarán si pertenecían a alguna otra red social, y obtuvimos como respuesta; que el 70% de los encuestados no pertenecían a ninguna red social, algunos argumentaron que no les interesaba o que sus amigos pertenecían solo a Facebook.
En cambio, el 30% nos contesto que si pertenecían a otras redes, pero que la mayoría no les daba importancia. La red más nombrada fue Sonico.

Un último hecho que nos parece pertinente mencionar, es que al momento de recibir las encuestas, nos hemos topado con un mail, en el cual invitaba a la destinataria a tomar un café, para no perderse en la vida, ya que no podía ayudarnos a responder la encuesta, porque apenas sabía mandar mails y usar el chat.
Esta respuesta la usaremos en las conclusiones.

martes, 2 de junio de 2009

Un aporte más a las conclusiones...

Las cosas cambian, la tecnología cambia, la vida cambia...

Hay una respuesta que nos dio una encuestada, que llamo mi atención, primero por el hecho de que la mayoría de las respuestas dadas a la encuesta, eran escasas, en algunas dudamos del compromiso puesto en juego; ya que ante preguntas como ¿qué hacias antes de formar parte de la red social Facebook? la respuesta inminente era un simple NADA; pero sucedio algo particular con esta persona, su respuesta puntual fue esta:
"Mi red social es mi núcleo de referencia formado por la gente con la que me encuentro sea por trabajo, por placer, o gustos o por cercanía, en la que todos y todas ponemos el cuerpo para generar y nutrirnos de ese encuentro. Es una red segura, continente, efectivamente afectiva, productora de ideas, de energía, de amor. Facebook es una red cibernética absolutamente volátil, efímera, vulnerable, poco efectiva e insegura. Pasara de moda como todo."

Considero que esta respuesta, plasma en todo su esplendor, la noción de modernidad liquida. Esta persona nos da un resumen de la flexibilidad, de lo voluble que puede ser el paso por esta red social, como todo lo instantáneo que marca los tiempos de la modernidad liquida en algún momento pasará de moda, como pasaron de moda algunas redes sociales que muy pocos encuestados hacen referencia.

¿De qué modo los vínculos mediados por Facebook modifican los vínculos sociales tradicionales de los usuarios de esa red social? Este fue nuestro punto de partida, y la respuesta a la pregunta nos tomo por sorpresa. Notamos que los vínculos cotidianos, más cercanos, familiares no han cambiado, por lo menos para nuestra porción de encuestados, a su vez notamos también que no aceptan contactos que no conoscan; por lo que siempre se mueven dentro de la red de conocidos.

Otra propuesta que hemos alcanzado a nuestros encuestados, era formar parte de un foro activo, para poder abordar temas relacionados a las nuevas tecnologías y por supuesto a Facebook, para nuestro asombro, notamos que han entrado al foro, han mirado las distintas entradas, pero nadie ha dejado su impresión, opinión, o alguna discusión que diera pie a más debate.

Hoy, con esta parte del camino recorrido, quizás cambiaría la pregunta de partida o propondría otra; ¿qué pasa con las nuevas formas de tecnología, que llevan a los usuarios a conectarse de otra forma con el entorno?; ¿Cuál es la razón por la cuál no registran los cambios que han sucedido en sus vidas?

lunes, 1 de junio de 2009

OTRAS REFLEXIONES PARA EL CIERRE

Comenzamos este trabajo de investigación con una pregunta que era toda una declaración de principios: ¿De qué modo los vínculos mediados por Facebook modifican los vínculos sociales tradicionales de los usuarios de esa red social?, asumiendo, claro está, que los vínculos mediados por Facebook modificaban, de alguna forma, los vínculos sociales tradicionales de los usuarios de esa red.

Ciertamente, no ignoramos que si bien la introducción de cualquier nueva tecnología es capaz de modificar, de un modo u otro, los usos y costumbres de la gente, esa misma gente difícilmente es consciente de esos cambios. Nuestra cara en el espejo no es la misma que la de hace 10 años, pero, ¿cuántas personas son conscientes de esa variación? Quizá, si nos comparamos con alguna fotografía vieja… pero en la red no hay fotografías viejas. Todo es instantáneo y asimismo transitorio. Es un aquí y ahora perpetuo y, a la vez, volátil.

Facebook es una red social relativamente nueva que nace con un objetivo específico: “mapear todas las conexiones sociales que existen en el mundo y ofrecer aplicaciones para que la gente ejecute esas conexiones online a través de Facebook”, según su propio creador. Ha crecido en un modo exponencial, es cierto, pero sus usuarios parecen refractarios a tomar conciencia de los cambios que el uso de toda nueva tecnología inevitablemente produce. De algún modo tienen razón: A los más jóvenes, Facebook no les ha cambiado la vida, porque la vida ya les ha cambiado antes de Facebook. A lo sumo, perciben que han canjeado el uso del Messenger por el de la red social para comunicarse, pero nada que los introdujera en una lógica distinta. A los más viejos, tampoco, porque naturalmente oponen resistencia, o bien a cambiar o bien a reconocer que se han producido cambios.

Hemos desdoblado las encuestas en usuarios de hasta 30 años por un lado, y de más de 30 años por el otro. No es arbitrario: el uso de la computadora personal se hace común en la década del 80, de modo que quienes tienen menos de 30 años, prácticamente han crecido con una computadora ya integrada en el hogar. Son ellos los que, según la expresión acuñada por Prensky, constituyen el grueso de los denominados “nativos digitales”. Asimismo, serán también ellos los que aceptarán con más espontaneidad los cambios que les propongan las nuevas tecnologías. Y ciertamente serán incapaces de percibir estos cambios, porque sus patrones de pensamiento se encuentran regidos por la lógica de lo instantáneo y lo fugaz (o de lo líquido, para expresarlo en términos de Bauman). Los cambios se suceden con tanta rapidez que no es posible llegar a procesarlos. La vorágine impide advertirlos.

En este mismo blog hay una nota referida a la gente adulta que se incorpora a Facebook, inmigrantes digitales, para continuar con la terminología de Prensky. Una usuaria tomada como ejemplo en el artículo, una señora de 71 años, afirma haber entrado en la red para saber qué hacían sus nietos. No sé hasta qué punto ella es consciente de que esta posibilidad de vigilar permanentemente a sus nietos a través de la red pudo haber modificado sus propios vínculos tradicionales con ellos, o hasta qué punto ella está dispuesta a reconocer estos cambios. El nieto por su parte confiesa: “Sé que en realidad ella está allí para espiarnos y no para que nosotros aprendamos sobre ella”.Y, por supuesto, lo acepta sin cuestionamientos. Este caso es más representativo que excepcional. Doy dos ejemplos cosechados de la gente que respondió a nuestro cuestionario: El primero, una mujer joven que descubrió la fotografía de su esposo (hoy ex esposo) junto a su amante (hoy nueva pareja), exhibida en Facebook. El segundo, otra joven que tuvo que viajar a un pueblo del interior del país y se encontró con que allí no había Internet, y que me confesó después, entre incrédula e indignada, haberse encontrado perdida y no entender cómo podían vivir tan atrasados. Ambas, sin embargo, habían respondido con un lacónico “NADA” a las preguntas que hacían alusión a las vicisitudes operadas en sus hábitos desde su adscripción a la red. Ninguna pudo percibir cambios porque los cambios ya se habían sucedido. Encontrar la foto del marido y su amante en Facebook o contactarse con el otro a través de un simple clic en el momento en que opera el deseo, parece formar parte ya de una lógica de la que es imposible regresar.