lunes, 3 de agosto de 2009

Adicción a INTERNET

El concepto de Adicción e Internet en la modernidad tardía

Internet Addiction Disorder fue el primer término propuesto por el Dr. Ivan Goldberg (1995) para referirse al uso compulsivo, patológico de Internet (King, 1996). Como señalábamos anteriormente la sombra de Foucalt (1963) reaparece ante la creación de una nueva red de poder/conocimiento que halla un nuevo objeto, con todas las consecuencias que esto implica.

Dice Giddens :"Una vez que la reflexividad institucional llegue a empapar virtualmente todas las partes de la vida social de cada día, casi cada modelo, patrón o hábito, puede convertirse en una adicción. La idea de adicción tiene poco sentido en una cultura tradicional, donde es normal hacer hoy lo mismo que se hizo ayer." (íbid.:76). En esta sociedad entonces "destradicionalizada" tratamos ahora no con la cocaína, o la marihuana, o el LSD, sino con la adicción a Internet.

El término adicción a INTERNET ha ido ganando seguidores en función de determinados fenómenos clínicos que comenzaron a observarse con respecto a los usos de la red. Baudrillard (1995), uno de los mayores enemigos de la digitalidad, ha dicho en una entrevista que prefiere la máquina de escribir a la CMC, ya que gusta de tomar distancia de la pantalla, para poder ver lo que escribe y evitar entonces el "meterse dentro de la pantalla" (6).

Aquellos que se metieron dentro, entraron en Internet, se conectaron, se transformaron o conocieron personas que comenzaron a pasar más tiempo "del debido" frente a sus pantallas o más bien dentro de sus pantallas, en esa característica inmersiva; temida por Baudrillard; que subrayan muchos autores ( Murray, 1997 ; Wallace, 1999 ) Comenzaron luego a percibir ciertos síntomas, no en el uso , sino en la abstinencia del uso de la misma, que comenzó a hacer pensar en el síndrome de abstinencia observado en las toxicomanías.

Dice Olievenstein : "El sufrimiento del toxicómano se reconoce aún más en el sujeto desintoxicado, el sufrimiento forma con él un dúo al menos tan temible como el que formaba inicialmente con el producto, y que le impide reencontrarse solo, desnudo, no Dios" (1998, 10).

Frente a la imposibilidad de conectarse, surgía en estas personas esa irritabilidad observable en la abstinencia, junto a una preocupación permanente por volver a conectar su computadora con los millones de ordenadores del ciberespacio.

Estados de "furia narcisista" se dejan entrever en aquellas historias, relatos y pedidos de ayuda que aparecen tanto en los textos (Greenfield, 1999; Young, 1996) como en las noticias de los medios masivos de comunicación.

Philippe Jeammet refiriéndose al narcisismo en la actualidad ha señalado : " Hoy en día, la ausencia de límites, la evolución muy rápida del sistema de valores y, sobre todo el derrumbe de las prohibiciones, han sido reemplazados por una exigencia de rendimiento...Se ha desplazado la problemática de la prohibición sobre una problemática narcisista del rendimiento. Por eso no tiene nada de sorprendente que existan menos conflictos en torno de las prohibiciones y de la culpabilidad, que conflictos en torno al temor de no poseer los recursos narcisistas para alcanzar rendimientos suficientes... Frente a este desplazamiento sobre la problemática narcisista de una problemática de la prohibición, de un conflicto de la relación de objeto, no es sorprendente que veamos crecer las conductas adictivas, es decir, conductas en las que se va a buscar un apoyo, no un objeto" (1998: 59) (negritas mías).

De alguna manera el ciberespacio se ha constituído en una suerte de apoyo para muchos de sus usuarios, a pesar de su supuesta virtualidad y en un vehículo de acortamiento de la vida offline que es vista como un obstáculo para el dearrollo personal.

Dice Alan Aycock (1993), retomando conceptos de Baudrillard:

"En el pensamiento de Baudrillard la realidad personal ha quedado subordinada a un movimiento incesante de códigos de consumo que nunca pueden ser satisfechos, que sin embargo igual generan un vacío, un infinito deseo de confrontar y poseer lo real donde solo puede haber acceso a una imagen de lo real, su pretensión de serlo" (Baudrillard, 1988: 45).
Los consumidores de esto signos deben constantemente reposicionar sus sentidos de self en una arena de inestabilidad y búsqueda de saciedad; aunque siempre hay más imágenes a ser consumidas y más deseos para ser atendidos (Baudrillard, 1981: 56).

La consecuencia, inevitable si entendida desde la perspectiva de Baudrillard, es que en la modernidad no nos relacionamos con lo real, sino con la pretensión que la ha suplantado en todos lados" (Baudrillard, 1988: 135, traducción del autor).

La cita anterior desde la perspectiva de Baudrillard creo, salvando algunas diferencias; es en algún sentido asimilable a lo que Joyce Mc Dougall (1992) ha planteado con respecto al objeto transitorio, un objeto que en definitiva es obturador y no promovedor de un movimiento de la narrativa personal.

En este sentido es un objeto tramposo en la medida que se presenta como algo capaz de colmar el vacío, pero que a la larga no lo logra. Lo interesante aquí es ver cómo si bien Baudrillard se refiere a la vida cotidiana, este aspecto guarda relación con el ciberespacio, en donde las imágenes, lo virtual ocupan el primer plano, siendo un elemento importante a pensar en relación al posible concepto de adicción a INTERNET.

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